martes, 30 de noviembre de 2010

La Magia de Turquía: de Paseo por Estambul y Capadoccia, parte 1




Detalles que comienzan a hilvanar las características culturales de un lugar en el mundo. Hoy les traemos una selección de imágenes para disfrutar la magia de Turquía: Estambul y la región de Capadoccia se dejan respirar en arquitecturas y gestos de la vida cotidiana.
Fotografías del arq. Gerardo Waisman. Le agradecemos especialmente la gentileza del envío y la disponibilidad para publicarlas. En breve la segunda parte.

Editado por el arq. Martín Lisnovsky
Mas información sobre GW: www.gerardowaisman.com.ar

domingo, 28 de noviembre de 2010

Símbolo y Alegoría: 1962, Rafael Iglesia observa la Exposición del Sesquicentenario


“…Los creadores del pabellón estaban, quisieran o no, enraizados en un momento, entre cierta gente, en un país y en un medio pesantes y determinantes. Asi gran parle de los esfuerzos del equipo se gastaron tratando de ordenar o de superar el desconcierto imperante entre los organismo oficiales interesados en el problema; desconcierto que terminó en algo muy parecido a la anarquía. Con esta tarea extra sobre los hombros se desarrolló el proceso creador, aquí entró a jugar la carga de propias experiencias y anhelos, la visión y la interpretación propia del mundo. El grupo arquitectónico luchó contra muchas de estas circunstancias externas e internas y aprovechó las energías de otras muchas.
El tema de lo monumental ha sido revitalizado en los últimos años, críticos de arquitectura y urbanismo, sociólogos y antropólogos han sondeado hasta dónde los valores colectivos son necesarios en las culturas equilibradas. De esta manera se ha revalorizado e interpretado dentro de una arquitectura contemporánea una tendencia clásica cuya existencia no había sido aclarada del todo.
A pesar de la reacción contra lo neoclásico la arquitectura contemporánea europea hizo suyos algunos valores que le venían dados por el supuesto enemigo: el valor de lo constructivo, la racionalización de los elementos con que cuenta el arquitecto, la insistencia platónica sobre la forma.
La Bauhaus, y en general el movimiento europeo de comienzos del siglo XX, recogió este legado clasicista y sin proponerlo en el plano de lo consciente, desarrolló todas sus búsquedas formales en una línea neoplatónica. Cuando Mondrian ansiaba un arte de puras relaciones estaba anhelando un arte de formas bellas en si mismas, o dicho en otros términos, de formas puras. Este elaborado formalismo se transmitió a la Arquitectura, aun que el arte por el arte, que sería su lógica consecuencia, no pudo darse dada su esencia utilitaria, funcional. Pero pudo sí influir con su terminología y con su modo sobre los accidentes formales de las obras. La Ville Savoye y toda la obra de Mies van der Rohe son ejemplos claros.
En nuestra Facultad la influencia de la tendencia europea fue experimentada con extraordinaria sensibilidad y los años previos e inmediatos a la caída de Perón fueron años de intensos movimientos en este sentido.
El pabellón-símbolo nace en este clima, del cual sus creadores fueron actores como promotores o receptores. Por supuesto que en la elaboración del tema se ha ido mucho más allá. El objetivo era formar una imagen de la argentina en el tiempo y en el mundo, imagen que tenía llegar a las masas. La psicología y la sociología aplicadas a la propaganda había ya descubierto y promovido el problema que vendría a preocupar a los artistas contemporáneos; aquél de la comunicación de las masas…”
Rafael Iglesia. Extracto de "Símbolo y Alegoría". Revista de Arquitectura nº 379-380
, enero 1962
[En breve incluiremos el artículo completo de los extractos mencionados para bajar en formato pdf
]
Seleccionado por el arq. Martín Lisnovsky

sábado, 27 de noviembre de 2010

Pabellón de Exposiciones en Valencia: Experimentos con Tubos de Cartón


"Pabellón expositivo construido con tubos de cartón recicable y proyectado por el estudio "equipopropio" en colaboración con el Arquitecto Pablo Vázquez junto con un equipo de alumnos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valencia, montado en el hall de entrada a la misma.
Este pabellón tenía como objetivo la difusión del primer seminario de Arquitectura y Pensamiento realizado durante los días 11, 12 y 13 de noviembre de 2010 bajo la dirección de Jose Manuel Barrera Puigdollers y la coordinación de Miriam Bermejo González.
Para la construcción del pabellón se convocó la realización de un taller o workshop que bajo el nombre de "La ExpoExperiencia",que reuniría a una serie de alumnos de la escuela para trabajar en la fase de proyección y posterior puesta en obra del proyecto.
En algo menos de una semana los tubos fueron cortados para crear una gama de alturas variada que configuraría semi-aleatoriamente el espacio; también, semi-oculto de la cueva. Se ensamblaron unos a otros con grapas y poco a poco fueron colocándose estratégicamente en su ubicación correspondiente conectándose con los cuatro pilares de las esquinas y el grueso central, portantes todos ellos de la estructura. Esta interconexión fractal conseguía el trabajo colaborante de todas y cada una de las piezas colocadas.
Dentro de algunos de los tubos nacía una luz que salía expulsada como si de un cañón lumínico pictórico se tratara gracias a una serie de bombillas y a las coloreadas paredes de los cilindros, llamando la atención de cualquier curioso visitante que, ya seducido, buscaba entre los colores y el claroscuro una serie de imágenes relacionadas con el seminario que se hallaban escondidas dentro de los tubos que con color salvaban de la penumbra tan oscura y deslocalizada cueva.
3 generosos huecos perforaban el pabellón para comunicar la entrada principal, con el centro de investigación Arquitectónica (C.I.A.) y el pasillo general de la escuela mediante un elemento puntual icónico que rompía con la, hasta entonces, exenta, estática y convencional imagen del hall; que ahora se desdibujaba con surcos curvos y gráciles.

Este vídeo constituye un pequeño resumen y un dedicado homenaje a esas horas de trabajo y camaradería a contrarreloj, un total de 1282 fotografías que resumen una semana que en momentos parecía no tener fin y que otras veces amenazaba con agotar todo su tiempo previsto de manera prematura."
Material enviado desde Valencia por Dani Rueda Cuerda.
Les agradecemos a nuestros amigos españoles por su interés en publicar el material en arq+his
Links:
http://contextoyconcepto.blogspot.com
http://equipopropio.wordpress.com
http://www.vm-arquitectos.blogspot.com

jueves, 25 de noviembre de 2010

Manifiesto Parametricista: Patrik Schumacher estructura el Estilo Digital


We pursue the parametric design paradigm all the way, penetrating into all corners of the discipline. Systematic, adaptive variation, continuous differentiation (rather than mere variety), and dynamic, parametric figuration concerns all design tasks from urbanism to the level of tectonic detail, interior furnishings and the world of products.
Architecture finds itself at the mid-point of an ongoing cycle of innovative adaptation – retooling the discipline and adapting the architectural and urban environment to the socio-economic era of post-fordism. The mass society that was characterized by a single, nearly universal consumption standard has evolved into the heterogenous society of the multitude.
The key issues that avant-garde architecture and urbanism should be addressing can be summarized in the slogan: organising and articulating the increased complexity of post-fordist society. The task is to develop an architectural and urban repertoire that is geared up to create complex, polycentric urban and architectural fields which are densely layered and continuously differentiated.
Contemporary avant-garde architecture is addressing the demand for an increased level of articulated complexity by means of retooling its methods on the basis of parametric design systems. The contemporary architectural style that has achieved pervasive hegemony within the contemporary architectural avant-garde can be best understood as a research programme based upon the parametric paradigma. We propose to call this style: Parametricism.
Parametricism is the great new style after modernism. Postmodernism and Deconstructivism have been transitional episodes that ushered in this new, long wave of research and innovation.
Avant-garde styles might be interpreted and evaluated in analogy to new scientific paradigms, affording a new conceptual framework, and formulating new aims, methods and values. Thus a new direction for concerted research work is established.
My thesis is therefore: Styles are design research programmes.

Innovation in architecture proceeds via the progression of styles so understood. This implies the alternation between periods of cumulative advancement within a style and revolutionary periods of transition between styles. Styles represent cycles of innovation, gathering the design research efforts into a collective endeavor. Stable self-identity is here as much a necessary precondition of evolution as it is in the case of organic life. To hold on to the new principles in the face of difficulties is crucial for the chance of eventual success. This tenacity - abundantly evident within the contemporary avant-garde - might at times appear as dogmatic obstinacy. For instance, the obstinate insistence of solving everything with a folding single surface - project upon project, slowly wrenching the plausible from the implausible – might be compared to the Newtonian insistence to explain everything from planets to bullets to atoms in terms of the same principles.
“Newton’s theory of gravitation, Einstein’s relativity theory, quantum mechanics, Marxism, Freudianism, are all research programmes, each with a characteristic hard core stubbornly defended, … each with its elaborate problem solving machinery. Each of them, at any stage of its development, has unsolved problems and undigested anomalies. All theories, in this sense, are born refuted and die refuted.” The same can be said of styles: Each style has its hard core of principles and a characteristic way of tackling design problems/tasks.
Avant-garde architecture produces manifestos: paradigmatic expositions of a new style’s unique potential, not buildings that are balanced to function in all respects. There can be neither verification, nor final refutation merely on the basis of its built results.
The programme/style consists of methodological rules: some tell us what paths of research to avoid (negative heuristics), and others what paths to pursue (positive heuristics). The negative heuristics formulates strictures that prevent the relapse into old patterns that are not fully consistent with the core, and the positive heuristics offers guiding principles and preferred techniques that allow the work to fast-forward in one direction. The defining heuristics of parametricism are fully reflected in the taboos and dogmas of contemporary avant-gared design culture: Negative heuristics: avoid familiar typologies, avoid platonic/hermetic objects, avoid clear-cut zones/territories, avoid repetition, avoid straight lines, avoid right angles, avoid corners, …, and most importantly: do not add or subtract without elaborate interarticulations.
Positive heuristics: interarticulate, hyberdize, morph, deterritorialize, deform, iterate, use splines, nurbs, generative components, script rather than model,
Parametricism is a mature style. That the parametric paradigm is becoming pervasive in contemporary architecture and design is evident for quite some time. There has been talk about versioning, iteration and mass customization etc. for quite a while within the architectural avant-garde discourse.
The fundamental desire that has come to the fore in this tendency had already been formulated at the beginning of the 1990s with the key slogan of “continuous differentiation”. Since then there has been both a widespread, even hegemonic dissemination of this tendency as well as a cumulative build up of virtuosity, resolution and refinement within it. This development was facilitated by the attendant development of parametric design tools and scripts that allow the precise formulation and execution of intricate correlations between elements and subsystems.
The shared concepts, computational techniques, formal repertoires, and tectonic logics that characterize this work are crystallizing into a solid new hegemonic paradigm for architecture. One of the most pervasive current techniques involves populating modulated surfaces with adaptive components.Components might be constructed from multiple elements constrained/cohered by associative relations so that the overall component might sensibly adapt to various local conditions. As they populate a differentiated surface their adaptation should accentuate and amplify this differentiation. This relationship between the base component and its various instantiations at different points of insertion in the “environment” is analogous to the way a single geno-type might produce a differentiated population of pheno-types in response to divers environmental conditions.

The current stage of advancement within parametricism relates as much to the continuous advancement of the attendant computational dresign technologies as it is due to the designer’s realization of the unique formal and organizational opportunities that are afforded. Parametricism can only exist via sophisticated parametric techniques. Finally, computationally advanced design techniques like scripting (in Mel-script or Rhino-script) and parametric modeling (with tools like GC or DP) are becoming a pervasive reality. Today it is impossible to compete within the contemporary avant-garde scene without mastering these techniques.

Parametricism emerges from the creative exploitation of parametric design systems in view of articulating increasingly complex social processes and institutions. The parametric design tools by themselves cannot account for this drastic stylistic shift from modernism to parametricism. This is evidenced by the fact that late modernist architects are employing parametric tools in ways which result in the maintenance of a modernist aesthetics, i.e. using parametric modelling to inconspicuously absorb complexity. Our parametricist sensibility pushes in the opposite direction and aims for a maximal emphasis on conspicuous differentiation.

It is the sense of organized (law-governed) complexity that assimilates parametricist works to natural systems, where all forms are the result of lawfully interacting forces. Just like natural systems, parametricist compositions are so highly integrated that they cannot be easily decomposed into independent subsystems – a major point of difference in comparison with the modern design paradigm of clear separation of functional subsystems.

The following 5 agendas might be proposed here to inject new aspects into the parametric paradigm and to push the development of parametricism further:

1.Inter-articulation of sub-systems:
The ambition is to move from single system differentiation – e.g. a swarm of façade components - to the scripted association of multiple subsystems – envelope, structure, internal subdivision, navigation void. The differentiation in any one systems is correlated with differentions in the other systems.
2. Parametric Accentuation:
The ambition is to enhance the overall sense of organic integration through intricate correlations that favour deviation amplification rather than compensatory or ameliorating adaptations. For instance, when generative components populate a surface with a subtle curvature modulation the lawful component correlation should accentuate and amplify the initial differentiation. This might include the deliberate setting of accentuating thresholds or singularities. Thus a far richer articulation can be achieved and thus more orienting visual information can be made available.
3. Parametric Figuration:
We propose that complex configurations that are latent with multiple readings can be constructed as a parametric model. The parametric model might be set up so that the variables are extremely Gestalt-sensitive. Parametric variations trigger gestalt-catastrophes, i.e. the quantitative modification of these parameters trigger qualitative shifts in the perceived order of the configuration. This notion of parametric figuration implies an expansion in the types of parameters considered within parametric design. Beyond the usual geometric object parameters, ambient parameters (variable lights) and observer parameters (variable cameras) have to considered and integrated into the parametric system.
4. Parametric Responsiveness:
We propose that urban and architectural (interior) environments can be designed with an inbuilt kinetic capacity that allows those environments to reconfigure and adapt themselves in response to the prevalent patterns of use and occupation. The real time registration of use-patterns produces the parameters that drive the real time kinetic adaptation process. Cumulative registration of use patterns result in semi-permanent morphological transformations. The built environment acquires responsive agency at different time scales.
5. Parametric Urbanism:
The assumption is that the urban massing describes a swarm-formation of many buildings. These buildings form a continuously changing field, whereby lawful continuities cohere this manifold of buildings. Parametric urbanism implies that the systematic modulation of the buildings’ morphologies produces powerful urban effects and facilitates field orientation. Parametric Urbanism might involve parametric accentuation, parametric figuration, and parametric responsivess.
Modernism was founded on the concept of space. Parametricism differentiates fields. Fields are full, as if filled with a fluid medium. We might think of liquids in motion, structured by radiating waves, laminal flows, and spiraling eddies. Swarms have also served as paradigmatic analogues for the field-concept. We would like to think of swarms of buildings that drift across the landscape. Or we might think of large continuous interiors like open office landscapes or big exhibition halls of the kind used for trade fairs. Such interiors are visually infinitely deep and contain various swarms of furniture coalescing with the dynamic swarms of human bodies. There are no platonic, discrete figures with sharp outlines. Within fields only the global and regional field qualities matter: biases, drifts, gradients, and perhaps even conspicuous singularities like radiating centres. Deformation does no longer spell the breakdown of order but the lawful inscription of information. Orientation in a complex, lawfully differentiated field affords navigation along vectors of transformation .The contemporary condition of arriving in a metropolis for the first time, without prior hotel arrangements, without a map, might instigate this kind of field-navigation. Imagine there are no more landmarks to hold on, no axis to follow and no more boundaries to cross. Contemporary architecture aims to construct new logics – the logic of fields – that gear up to organize and articulate the new level of dynamism and complexity of contemporary society.

Furniture and product design fully participates in the parametricist agenda we are pursuing. We consider furniture not in terms of isolated objects but as a pre-eminent space-making substance. Our design efforts need to encompass the domains of interior design, furniture design, and even product design. We can orchestrate all those registers to advance the design of integrated, immersive worlds. Our handling of interior furnishings as dynamic swarm formations, or sometimes as a continuous surface/fluid mass, is geared towards the detailed elaboration of the continuously differentiated fields described above.
Patrik Schumacher, London 2008
Presented and discussed at the Dark Side Club , 11th Architecture Biennale, Venice 2008
http://www.patrikschumacher.com/

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Lewis Mumford: Desarrollo Tecnológico Occidental en 3+1 Períodos


“En 1934, en una obra magistral sobre la historia de la técnica humana, Lewis Mumford bosquejó a grandes rasgos tres períodos importantes del desarrollo tecnológico occidental: primero, el Período Eotécnico, caracterizado por las tecnologías de las energías hidráulica y eólica, el trabajo del vidrio y la madera; a continuación, el Período Industrial o Paleotécnico, de minas oscuras, fábricas atestadas y ciudades ennegrecidas, derivado de la combustión y la presión, el vapor y el carbón; finalmente el Período Neotécnico, desde el cual el propio Mumford escribía, un período cuya innovación consistía en haber vinculado una techné a las minuciosas y precisas operaciones de las matemáticas y la aparentemente infinita fecundidad de la ciencia. Este último período aportó la técnica de las aleaciones, los materiales ligeros, los compuestos sintéticos, los misterios invisibles de los procesos químicos y, en especial, la energía eléctrica, así como la reintegración de los largamente ignorados entornos húmedos, como la granja, la viña y el laboratorio fisiológico. Hacia el final del libro TÉCNICA Y CIVILIZACIÓN, y con la singularidad y la imprevisibilidad de una erupción volcánica, Mumford señala, aunque sólo de pasada, el advenimiento de lo que llamó el período biotécnico, ya visible al borde del horizonte.” Sanford Kwinter. La arquitectura y las tecnologías de la vida, 1991

jueves, 18 de noviembre de 2010

SC 145: Louis Kahn y MVRDV: Megaestructuras para la Dinámica Urbana


1- Louis I. Kahn + Anne G.Tyng. City Hall, Philadelphia, 1953
2- MVRDV. Sky Village, Rodovre, 2008

Cuando la Arquitectura intenta adaptarse a la fluidez de la modernidad líquida...heredando la genética de la Unité Corbusierana...
Editado por el arq. Martín Lisnovsky

lunes, 15 de noviembre de 2010

La Lente Mágica y Humana de Harmida: Barranquilla, Cartagena y Bogotá



“La ciudad como relato”, así se llamó la ponencia que expuse en el congreso al que fui a Colombia, y más que un título resultó una profecía. Cada parte de Barranquilla, Cartagena y Bogotá me contó una historia, estas ciudades abrieron sus ojos y sus labios para narrarse a sí mismas.
Barranquilla fue como no haber salido de casa, fue reconocer en esa ciudad los mismos paisajes de Veracruz, la misma música, la misma gente, el mismo calor y la alegría de la costa. La periferia de la ciudad, las casas de techo de lámina, la gente sentada en los portales fueron como la perfecta transición para irme sintiendo en Colombia paso a paso.
Después, Cartagena me mostró la cara que ofrece a los turistas. Una cara casi por completo artificial, una ciudad amurallada en la que el color, las tejas y la herrería sustituyen a los habitantes originales y los cambian por unos nuevos, extranjeros, con dinero. Una ciudad linda y costosa, con contrastes fuertes en la arquitectura y en lo social, pero que aún conserva rincones de autenticidad que hay que buscar y conocer.
Y Bogotá… una sorpresa constante. Un caos que le imprime encanto a cada esquina, una sutileza que transforma la cumbia en jazz, el sol en lluvia, y las casas coloniales en antros de vida nocturna.
Obleas, venta de minutos a celular en cada puesto de dulces, libros por todas partes, discursos político-cristianos en la plaza, palomas… muchas palomas, vendedores ambulantes que te llaman diciéndote “tesoro”, taxistas que se pelean a gritos con los transeúntes, edificios que seducen a los arquitectos y a los que no lo son, la obra de Salmona como una clase viviente de teoría e historia de la arquitectura, universidades que se abren al espacio público y se extienden hacia la calle, teatro en la calle y la calle como un gran teatro.
Así, desde lo común, lo cercano, lo vivido hasta lo sorpresivo, lo sutil, lo diferente, lo mágico, estas ciudades me contaron sus historias reales y fantásticas y yo traté de capturarlas en fotos. Dejo aquí estos relatos visuales para que estas ciudades vuelvan a narrarse ante los ojos de quien quiera recibirlas.
Colombia en tres relatos. arq. Harmida Rubio Gutiérrez, noviembre 2010





Es un orgullo para el blog incorporar el trabajo de la arq. Harmida, con quien hemos compartido el taller y las mesas de debate en el Seminario desarrollado en Xalapa el mes pasado. De sólida formación, con gran capacidad analítica y una percepción sumamente cálida y humana, hoy nos brinda parte de su producción fotográfica en tierras colombianas junto a un texto que les otorga profundidad. Muchísimas Gracias por compartir el material y esperemos que continúe colaborando en este espacio.
Editado por el arq. Martín Lisnovsky

martes, 9 de noviembre de 2010

Exposiciones 1: El Pabellón Argentino en la Expo Internacional de París, 1889




"Brilla un sol de oro allí por sobre los árboles y sobre los pabellones, y es el sol argentino, puesto en lo alto de la cúpula, blanca y azul como la bandera del país, que entre otras cuatro cúpulas corona, con grupos de estatuas en las esquinas del techo, el palacio de hierro dorado y cristales de color en que la patria del hombre nuevo de América convida al mundo lleno de asombro, a ver lo que puede hacer en pocos años un pueblo recién nacido que habla español, con la pasión por el trabajo y la libertad- escribía José Martí en el número 3 de "La edad de oro", dedicado a la Exposición Universal de París, de 1889....Este lenguaje que hoy nos suena ditirámbico, no parecía entonces exagerado para hombres serios como Martí. La Gran Exposición era una fantástica exhibición de los mejores resultados de la paz, de la libertad y del espíritu de emprendimiento, y la República Argentina estaba a la vanguardia entre los pueblos más progresistas y exitosos de aquel tiempo. Empezaba a ser la "Tierra de Promisión" que más tarde sería el motivo del cuadro de Alice y de la literatura de Darío y de Gerchunoff.

El Pabellón Argentino
La Gran Exposición Universal de París se realizó en terrenos del Campo de Marte de la capital francesa. En esa exposición, la República Argentina presentó un pabellón diseñado por el arquitecto francés Albert Ballú, que obtuvo el primer premio entre los pabellones de países extranjeros y que estuvo emplazado muy cerca de la Torre Eiffel.
Era Presidente de la República el Dr. Miguel Juárez Celman y para organizar la presencia argentina en París formó una Comisión de 11 miembros, presidida por Antonino C. Cambacèrés, que se trasladó a París. Luego de obtener un predio de 1600 m2, propio para la Argentina, la Comisión convocó a un concurso de arquitectura, seleccionando el diseño de Ballú.


La Construcción del Pabellón
El Pabellón diseñado por Ballú era una típica expresión de la arquitectura de su tiempo. Aunque sus formas generales respondían a lejanas inspiraciones clásicas, era un artefacto de gran tamaño, de vidrio y metal, profusamente ornamentado. Ballú lo explica así: "La construcción del Pabellón es de las más sencillas. El programa impuesto era proponer un edificio desmontable y transportable a Buenos Aires, por lo cual el arquitecto ha establecido un armazón de hierro, cuyas diferentes partes han sido atornilladas ahora, para ser clavadas unas a otras invariablemente más tarde. Esta armadura de hierro, provista de adornos de fundición y de molduras donde quiera que la necesidad de colocar esculturas o de disponer partes salientes se ha dejado sentir, descansa sobre cimientos de piedra (...) y sótanos enlazados entre sí por medio de arcos de ladrillo.
En el exterior, las partes verticales que quedaban entre los nervios de hierro, se han rellenado con azulejos, mosaicos, porcelanas, revestimientos de vidrio, planos o formando ampollas salientes iluminadas de noche por la luz eléctrica, gres esmaltados, tierras cocidas y ladrillos barnizados.
La techumbre es de cobre para las partes cubiertas de las cúpulas, de zinc para los grandes tramos y de vidrio para los cimborrios y glorietas superiores".


Terminada la Exposición
Terminada la exposición, pese al proyecto original de su traslado a Buenos Aires, el Gobierno Nacional dispuso su venta, dada la difícil situación económica del país. A tal efecto llamó a licitación, con el propósito de realizar la adjudicación el 14 de enero de 1890. La venta sería separada en 8 lotes, por lo que el Pabellón se desintegraría.
Sin embargo, el Intendente Municipal de la Ciudad de Buenos Aires, Francisco Seeber, logró frenar el remate y ofreció al Gobierno Nacional compartir los gastos de traslado a Buenos Aires del Pabellón. Aceptada la propuesta, el 1º de febrero de 1890, bajo la supervisión del ingeniero municipal, Juan B. Medici y siguiendo expresas indicaciones del arquitecto Albert Ballú, el edificio empezó a ser desarmado. A continuación, se embarcaron 6.000 bultos en la barca naval "Ushuaia", algunos de los cuales fueron arrojados al mar en el trayecto, en medio de una tempestad: la carga inicial pesaba 1690 toneladas. El Pabellón, desarmado, llegó a Buenos Aires a fines de 1890.
A partir de comienzos de 1891, el edificio empezó a ser rearmado en terrenos de la actual Plaza San Martín, obra que fue dirigida por el ingeniero holandés Juan Waldorp y que se completó en 1893. Allí se mantuvo hasta el año 1934.

Waldorp actuó en carácter de titular de la empresa "Juan Waldorp y Cía.", que asumió la tarea como concesionario municipal, facultado para la explotación comercial del Pabellón por un plazo de 15 años. La fecha de inauguración quedó fijada para el 14 de enero de 1894. La construcción despertó el interés del público, ya que se trataba de un edificio muy moderno y de gran dimensión, que venía asociado a un antecedente prestigioso.
La entrada del Pabellón se hallaba en Arenales 651, entre Maipú y Florida. Según narra Bonifacio del Carril, "se celebró un contrato con una empresa particular para explotarlo como sala de conciertos y teatro".
En la bajada de Maipú se construyó otro edificio para servir de confitería, pero el negocio fracasó y allí quedó el Pabellón Argentino, solitario, en lo alto de la barranca, soportando las inclemencias del tiempo". La confitería - cervecería anexa fue obra de Carlos Morra y luego sirvió como sede de la Comisión Nacional de Bellas Artes.

En 1898, aprovechando las instalaciones del Pabellón, se construyeron ampliaciones en forma de alas, del mismo "estilo", para realizar en ambas construcciones la Exposición Nacional de ese año.
En 1900 el Pabellón pasó a albergar el Museo de Productos Argentinos de la Unión Industrial Argentina.
En 1910 funcionó allí la Exposición Internacional de Arte del Centenario. Entre 1910 y 1931 el edificio del Pabellón Argentino fue sede del Museo Nacional de Bellas Artes. Hacia 1923, el Dr. Cupertino del Campo, que fue uno de los más meritorios directores de ese museo, inició una brega -que nunca logró éxito- para construir un nuevo edificio para la institución, frente a la Plaza San Martín. A tal efecto, realizaron croquis los arquitectos Martín Noel, primero, y Herrera Mac Lean y Quartini Herrera más tarde. Mucho tiempo antes, el arquitecto Julio Dormal había preparado también un proyecto de edificio monumental para el museo...


Extractos tomados de: "El Pabellón Argentino", Gustavo Brandariz 2005
El artículo puede leerse completo en la web del Club del Progreso:
http://www.clubdelprogreso.com/index.php?sec=04_05&sid=44&id=2789


Aprovechamos para agradecer a nuestro amigo Carlos Zeballos quien ha citado el artículo en su altamente recomendado blog (http://moleskinearquitectonico.blogspot.com/2010/10/la-torre-eiffel-y-la-exposicion.html) y felicitarlo por la inminente exposición de fotografías dedicada a la expo de Shangai (http://moleskinearquitectonico.blogspot.com/2010/11/expo-shanghai-2010-miradas-intensivas.html)

Editado por el arq. Martín Lisnovsky

domingo, 7 de noviembre de 2010

SC 144: De Jencks a Sanaa: Topologías, Evoluciones y Fluídos de Información


1- Charles Jencks. Evolutionary Tree, 2000. Publicado en la Architectural Review nº1241, Julio 2000.
2- SANAA. Centro Comunitario Rolex. Lausanne, Suiza 2005-2010
.
El esquema evolutivo de Jencks, presentado en los albores del nuevo milenio, expresaba gráficamente la información como un diagrama de flujos contínuos. Esta idea, que se incorporó paulatinamente en los estudios de arquitectura, ha logrado transformar algunas estructuras tipológicas; es este el caso de la "planta profunda", ahora sometida a lecturas topográficas y ordenadamente intuitivas, flexibles, plásticas y de estética ambigua. Una consecuencia clara del impacto digital en los procesos de proyecto actuales.
Editado por el arq. Martín Lisnovsky

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