domingo, 10 de agosto de 2008

Aplaudimos y Recomendamos "Arquitectura en la Argentina del Siglo XX"


Cuando se es un investigador profesional de larga y reconocida trayectoria, el sintetizar buena parte de los escritos profesionales en un solo libro no es tarea fácil. Se debe elegir en la misma proporción entre lo que se quiere decir, y lo que quedará del otro lado del disco rígido.
No hay otra persona tan dedicada a comprender nuestro pasado como Pancho Liernur, y sólo por eso debemos aplaudir la segunda edición reciente de su indispensable “Arquitectura en la Argentina del Siglo XX”.
Nacida con el comienzo del milenio, el libro consiguió destacarse en uno de los pocos estantes con espacios de las librerías, aquel destinado a ocupar todo el desarrollo profesional en el contexto nacional desde el 1900. La espera no ha sido en vano.

Ordenada en tres capítulos dobles “La tradición en jaque”, “Un estilo moderno” y “Los días del diluvio”, desde los títulos se sugiere un armado romántico de palabras que comienzan a despejar el panorama cronológico. Cada párrafo es el resultado de secciones de investigaciones pasadas, y se ve reflejado el esfuerzo de sintetizar mucho en pocas palabras, logrando un armado artesanal muy particular donde advertimos varias capas de lectura detrás. Veremos con el tiempo cuantas.
Es también la oportunidad única de explotar una carga de docente y de crítica. Así el pasado se desarrolla no como novela entretenida sino como principal fundamento para comprender el brillo que varios personajes lograron pulir en muchos proyectos, que a pesar de las épocas confusas las cenizas no se han apagado del todo y que aún no es tarde para volver a los tiempos de gloria, porque a las nuevas generaciones no les falta capacidad sino recuperar las cuatro bases que formaron a nuestros maestros: un mínimo de orden institucional, ansiedad intelectual, capacidad docente y compromiso profesional.


Jorge Francisco Liernur.
Arquitectura en la Argentina del siglo XX. La construcción de la modernidad.
Buenos Aires. Fondo Nacional de las Artes. Segunda Edición 2008

“…Pero el más extraordinario de los inventores del Arte Nuevo fue Julián García Nuñez. Su obra, una de las más ponderables en la historia de la arquitectura argentina, comenzó a plasmarse en Buenos Aires desde su llegada al país en 1906, y para los años del Centenario su talento era ya reconocido, como lo demostró el encargo para el Pabellón de España. El valor especial que lo caracteriza no es un resultado genérico del talento de su autor, sino de la dirección que llevó su exploración y de la profundidad que ésta logró alcanzar. García Nuñez aceptó el riesgo de trabajar fuera de la tradición clásica sin abandonar el principio de que la ‘verdad’ que su arquitectura buscaba no estaba en la apariencia de los materiales y sus formas, sino en la esencia de su propuesta estética como totalidad. Y esa propuesta puede identificarse como una reflexión coherente y temprana en torno de la ‘levedad’…”


“…Por eso puede hablarse de la influencia alemana en términos relativos, siempre que se la limite a elementos lexicales o a las prácticas de obra que, como dijimos, se trasvasaron a través de distintas empresas constructoras. Pero no es posible ignorar que pese a los vínculos establecidos por Victoria Ocampo, y a la publicación de los escritos de Gropius y Mendelsohn en la revista Sur durante la década, la arquitectura argentina de este período fue absolutamente inmune a una experiencia decisiva como la que tuvo lugar en torno a la Bauhaus. De esa experiencia –a la que se ligan los grupos radicales holandeses, suizos, rusos y checos- lo que estuvo ausente de nuestro país fue el intento de disolución de la arquitectura como mediación/interpretación estilística de la nuevas condiciones técnicas de producción y reproducción de mercancías , y de su transformación, ella misma, en puro proceso técnico, en ‘reine Sachlichkeit’, pura objetividad. Y no por falta de información, por ignorancia o por falta de vinculaciones directas: en los primeros años treinta, Walter Gropius, el director de la Escuela, tuvo un marcado interés por radicar una oficina en Buenos Aires, con la ayuda de Frank Moller, y se habló de su instalación en el país, y hasta construyó en la ciudad una pequeña vivienda individual…”

“…Con sus proyectos de rascacielos colgantes, viviendas aterrazadas, aeropuerto y hospitales, pero especialmente en la casa de Mar del Plata (1942), Amancio Williams formuló una de las propuestas más originales, puras y rigurosas de la arquitectura moderna a nivel internacional. En aquella vivienda, construída en medio de un bosque, logró mostrar la contradicción entre la necesidad más eterna de enraizamiento y el fluir incesante que define la condición metropolitana moderna. Confluencia en la máxima racionalidad tecnológica del diagrama de fuerzas y la cuenca cavada del arroyo, objeto en el puente y patio en la casa, creación abstracta y tipo tradicional pampeano en galería, expresa el más amplio conjunto de significado con que puede describirse la arquitectura moderna de la Argentina. Y lo mismo, siempre en grado agudo, se repitió en los restantes trabajos…”

Editado por el arq. Martín Lisnovsky.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Alguien sabe dónde puedo conseguir este libro. Lo he buscado por todos lado (amazon, ebay, etc.) y no lo consigo. Espero que puedan darme alguna pista.

Gracias de antemano. Saludos.

Fredy Ovando

Anónimo dijo...

En las librerias de la facultad de arquitectura de la ciudad de Buenos Aires

Anónimo dijo...

Gracias Noelia, ¿alguna dirección electrónica o página web donde pedirlo? Es que vivo en Chiapas, México. De todas maneras, eres muy amable al proporcionarme la información. Saludos.

Martín L dijo...

Fredy, intentá en www.cp67.com.

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