Nuestro amigo Frank nació en el año 1867 y, sin solucionar ninguna integral, cuando comenzó a desarrollar la Casa de la Cascada tenía 58 años, nada más ni nada menos. Había experimentado una vida personal complicada con tragedias griegas, fama y reconocimiento de una sociedad próspera, obras que eran objetos de culto y referencia para los europeos y una caída a encargos breves y escuetos. Luego de la crisis financiera de Wall Street, la solvente madurez de su oficio no ataba la ansiedad de recorrer nuevos caminos demostrando una visión constante y adolescente hacia diferentes posibilidades arquitectónicas. Este inestable equilibrio tuvo como fruto destacado, quizás, la casa más famosa del siglo XX.
Invitamos a nuestros visitantes a participar de una nueva encuesta, dedicada a la obra del gran héroe de la generación que ronda hoy los 60, la edad para proyectar obras como la de Bear Run. ¡A buscar cascadas!
Editado por el arq. Martín Lisnovsky
2 comentarios:
Considero las encuestas muy interesantes y de hecho tienen normalmente una alta adhesión. La nº14, a pesar de tratarse de un tema muy ameno, tal como estaba planteada no sólo exigía un conocimiento de su obra sino era una pelea desigual, casi como esperar por cuanto ganaba la Falligwater. Me encanta el blog y lo visito asiduamente, sólo tenía ganas de sumar una crítica constructiva. Saludos y gracias
Estimado Oxi:
Agadezco tu comentario y las críticas son siempre bienvenidas. Es verdad lo que tú dices, pero no siempre las encuestas son para ver quien marcha adelante; la mayoría de las veces es cómo se acomodan los de más abajo. Por mi parte la elección del planteo del tema era exclusivamente para incentivar la observación de aquellas casas que considero, en su mayoría, dignas del trabajo de una mente brillante. Espero que ahora pase lo mismo con la obra de Stirling, no tan apreciado -injustamente- por las generaciones más jóvenes, pero reverenciado por gran parte de los arquitectos más famosos, muchos de ellos alumnos de sus clases. Saludos
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