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“…El espacio ha quedado cuantificado, transformado en producto de la disección del movimiento, de la geometría y la matemática. El espacio apenas existe como tal: será entendido como la res extensa de Descartes en la que se despliega la visibilidad de una familia igualitaria, eficiente, saludable, trabajadora…Todo lo que implica el espacio deriva en moralismo: su transparencia es represiva, vinculable directamente a la diafanidad y visibilidad pública del Panopticón de Jeremías Bentham. No queda en la casa lugar ni rincón, para la desviación, para el aislamiento o el gozo. El espacio fluido de la modernidad positivista está asociado a la vigilancia, implica una total vinculación de la cuestión del espacio a una finalidad edificante…en el espacio moderno lo privado se expone, lo doméstico se anula, lo íntimo se castiga…”
De Iñaki Ábalos. La Buena Vida. Barcelona, 2000, GG
Capítulo: La máquina de habitar de Jacques Tati: la casa positivista
Imagen de la escenografía de la Villa Harpel, de la película de Jacques Tati "Mon Oncle", 1958
Seleccionado por el arq. Martín Lisnovsky
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