lunes, 23 de julio de 2012
Horacio Reggini. Debemos Pensar el Pasado e Imaginar el Futuro...
“…Debemos pensar el pasado e imaginar el futuro. De las mentes despiertas surgen las ideas que van conformando el mundo. No puedo dejar de imaginar cómo será el nuevo mundo dentro, por ejemplo, de cincuenta años. ¿Qué pasará entonces? ¿Cómo viviremos? ¿Qué desafíos tendremos que superar? ¿Qué es lo que ha producido en los últimos años el mundo moderno?
Todo pasa por la educación. Pensemos en un fósil humano hallado en África datado cuatro millones de años atrás. Desde entonces, los seres humanos hemos aprendido lentamente pero sin pausa las herramientas y los métodos necesarios para sobrevivir y alcanzar la denominada civilización moderna. Aprendimos a caminar, a correr, a bailar, a obtener y a compartir alimentos, a comerciar; aprendimos también a trabajar y pelear con herramientas, a escribir y disputar con lenguajes. Aprendimos a dominar el fuego y aprovechar la potencia del viento y del sol.
Así llegamos hasta aquí. Sabemos que en la Edad Media sólo pocas personas tenían acceso a los conocimientos, a la escritura, a la lectura, a las bibliotecas. El resto de la población no era tan afortunada: vivía de un lado para otro, trabajando piedras o maderas, sin poder participar de una conversación intelectual. La elite de entonces se sentía salva y segura al restringir el saber, creyendo que algo de instrucción en otras personas podía resultar peligroso. No se daban cuenta que la ausencia de conocimiento en el pueblo podía ser mucho más riesgosa.
No existía, por lo tanto, una masa crítica de pensamiento que le pudiera permitir a la civilización avanzar de verdad, escapar de plagas, inventar vacunas que extendieran sus períodos de vida, crear instituciones sociales que permitieran florecer a la sociedad. Esas civilizaciones de antaño crecían y derrumbaban una y otra vez a un ritmo lento, como un río tranquilo donde no se percibe el movimiento de la corriente. No pudieron nunca anticipar el Renacimiento, el Iluminismo o, posteriormente, la Revolución Industrial. De pronto apareció una clase media y unos comenzaron a relacionarse con otros compartiendo conocimientos; y dejaron de ser unos pocos los que pensaban, pues aparecieron millones de lectores, escritores, creadores, artistas, académicos, profesores y estudiantes, que conformaron grupos de utilización e intercambio de saberes y nuevos recursos de información….
… Hoy sucede algo parecido con la popularización de las computadoras. Todos somos los arquitectos del cambio. Sin embargo, ¿cuántas cosas que parecen inconcebibles hoy serán corrientes mañana?, ¿cuántos años vivirá el hombre?, ¿cómo estará estructurada la sociedad?, ¿organizada en parejas o en comunidades grupales?, ¿gobernadas por presidentes o por congresos?, ¿podremos respirar bajo el agua?...
Horacio C. Reggini. El búho vuela a toda hora (Extracto del Epílogo). Buenos Aires, 2012. Ediciones Galápagos.
Admirador de T.S.Eliot, Marshall Mc Luhan y Domingo Faustino Sarmiento, el ingeniero Reggini continúa la huella cultural que comenzara junto a su socio y amigo, el ing. Hilario Fernandez Long. Desde su primera obra, la estructura del Banco de Londres y América del Sud (SEPRA + Testa, 1959-1966), su trabajo no ha pasado desapercibido. Pero no solamente han trascendido las ingenierías y los puestos jerárquicos en las universidades porteñas, sino que innumerables escritos construyeron una sólida trayectoria iluminada por la capacidad de valorar el pasado, comprender los cambios y plantear lineamientos a futuro. El blog "La Bodega Común" (http://www.horacioreggini.com.ar) reúne en el ciberespacio gran parte del saber divulgado. Manteniendo el mismo espíritu en el que respiran sus palabras, allí también ha dejado a disposición de todos su bibliografía en varios formatos, de la cual iremos hablando oportunamente. Junto a libros que reflexionaban sobre la computadora como impacto cultural y los valores de trabajar con sus potencialidades, seleccionamos para nuestro blog el último de sus libros, publicado recientemente y que muy gentilmente nos regaló y dedicó en una entrevista concedida el lunes pasado. Los invitamos a todos a acercarse a una obra que ya forma parte de la historiografía de la cultura argentina, en sus apreciaciones, sus visiones y sus propuestas.
Gracias Horacio por recibirme, por la gentileza de una charla interesantísima y por haber compartido parte de la historia que lograste construir.
Editado por el arq. Martín Lisnovsky
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