miércoles, 26 de marzo de 2008

Conversaciones con Jean Prouvé: Una Sincera Mirada Interior al Siglo XX


“Conocí a muchos arquitectos..eso no quiere decir que comprendieran lo que yo hacía, pero descubrían en mí la imagen de una modernidad que ellos mismos buscaban pero no encontraban…”

Caso raro el de Jean Prouvé. Enfrentó el siglo XX con el ímpetu del ingeniero y la habilidad del arquitecto modernista propios del siglo anterior. Las idas y vueltas no desplazaron su actitud y su ética, a pesar que atravesó las violencias políticas de las guerras. Fue siempre el mismo Jean Prouvé.
Pero en realidad no era ingeniero ni arquitecto. Era un artesano que dominaba su oficio, y como tal disfrutaba del trabajo, de alcanzar los objetivos. “Lo que pensábamos un lunes se estaba armando el martes…” frase que está por allí, en el medio del libro.
Este librito -que adelantamos unas letras hace días y hoy lo recomendamos firmemente- refleja en tono de conversación -aunque la misma fue armada como un collage-, su historia que es también la historia de la arquitectura contemporánea.
Al estar ligado al hecho constructivo, sus observaciones y sus respetos hacia los maestros son por demás precisos. Quizás junto a Le Corbusier podrían barrer todo el abanico de caminos proyectuales. Por eso se admiraban mutuamente. Algunos libros intentan realzar la figura del personaje. Acá alcanza sólo con dirigir un poco de luz. En la suave y apasionante lectura caerán varios mitos y verdades, y les aseguró no los defraudará.

EL MUNDO DE LOS ARQUITECTOS [extracto]
El período que va de 1924 a principios de la década de 1930 fue muy emocionante para mí: la creación vivió entonces una época de reconocimiento: Fue la época de la Bauhaus, la época en que Le Corbusier se expresaba con virulencia, en que Perret estaba activo, en que se percibía una corriente de adquiescencia por todo lo que podía ser novedoso. Todo ello empezó a difuminarse a partir de 1932, cuando el espíritu académico arremetió de nuevo con intensidad….
Durante ese largo período, coincidí con gente fabulosa, con Konrad Wachsmann, Walter Gropius, a quien conocí muy bien, con Eero Saarinen, Richard Neutra, Marcel Breuer, Frank Lloyd Wright, Alvar Aalto, todos los grandes de la época. Les vi en Estados Unidos o en Francia, Wright visitó la Maison du People. Se quedó con la boca abierta. Hay recortes de periódicos que dan fe de ello…
Soy más o menos de la misma generación que Adolf Loos, aunque creo que él era mayor. Me sentía cercano a Gropius, lo que no quita que, a finales de su vida, Gropius diera un giro, cambiara su manera de pensar, de actuar. Es bastante curioso observar la cantidad de arquitectos a los que les ocurre lo mismo. Philip Johnson, por ejemplo. Me pregunto qué le pasa y por qué motivo. Yo viví todos esos cambios y el más característico fue el de Saarinen. Acababa de realizar los edificios de la General Motors, que, por lo demás, era un complejo muy bello, magníficamente urbanizado, perfectamente ejecutado. Coincidí con Saarinen en Brasil. Me confió que estaba harto de hacer terrones de azúcar. Fue entonces cuando construyó el edificio de la TWA en el aeropuerto Kennedy: un edificio muy del estilo de 1900, sin duda un edificio que podría haber pensado, dibujado y ejecutado alguno de los miembros de la Escuela de Nancy. Esa especie de cáscaras no eran más que para hacer algo distinto a lo que había hecho hasta entonces. Por otra parte, su utilización del hormigón era muy diferente. El hormigón permite hacer nervaduras, era lógico emplearlo de ese modo. Pero subyace la sensación de que lo habrían podido pensar gente de principios de siglo…
Yo tenía muchas ideas en común con Wright…Con todo, había una tendencia formalista dominante en su obra. Era un poeta. Aunque propuso algunas construcciones notables. Sus construcciones en forma de paraguas eran muy interesantes. Era un constructor. Cuando dicen que había algo de formalismo en él, tengo la sensación de que lo mismo se puede decir de todos los que construyeron algo. Le gustaba la ornamentación. Sabía lo que quedaba bien y lo que no. Cuando ponía ladrillos sobre el hormigón, era porque quedaba bien. Aunque recuerdo conversaciones con Le Corbusier en las que decía: “No veo porqué no deberíamos hacer cosas que queden bien”...
En el caso de Renzo Piano, creo que la composición arquitectónica proviene de las tripas. Una anécdota cerca de Beaubourg. Fue el primer concurso internacional que se realizó en Francia. Inesperadamente me nombraron miembro de un jurado internacional que contaba entre algunos de sus miembros con Emille Aillaud, Philip Johnson, Oscar Niemeyer…El proyecto se aceptó por unanimidad menos un voto. Así que ganaron Renzo Piano y Richard Rogers con un proyecto elegante y astuto. Pero eran extranjeros y eso desencadenó unas intrigas terribles. Basta recordar la asociación “El gesto arquitectónico”, los titulares de la prensa del tipo: “El proyecto seleccionado para Beaubourg, una arquitectura que no va a marcar una época.” Estoy convencido de que todo eso iba dirigido hacia mí. Además, dijeron, “¡El presidente del jurado no es arquitecto!”. Es todo un milagro que acabara construyéndose…
Le Corbusier era un hombre duro. Para trabajar con él, se tenía que pagar. Yo creo que Candilis hacía lo mismo (antes en el texto, se refiere a Charlotte Perriand). Sí, los extranjeros que venían a trabajar con él debían pagarle. La gente no quiere creerlo, pero es así…en el caso de Le Corbusier no era codicia. Lo que ocurre es que no disponía de ingresos, no tenía otros ingresos que los derechos de sus publicaciones, carecía de encargos, y con eso podía ganarse la vida.”

Armella Lavalou (ed.)
Conversaciones con Jean Prouvé.
Barcelona, 2005, Gustavo Gili
Original: Jean Prouvé par lui-même. Éditions du Linteau, 2001
Tomado de reportajes y videos de finales de 1982
Editado por el arq. Martín Lisnovsky

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Martín! Me he leido el texto sin pestañear! Es muy interesante. Me apunto los datos del libro, a ver si lo encuentro por estos lares.
Gracias por traernos otra joyita! :)

Anónimo dijo...

En Madrid en cualquier librería por menos de 15E seguro lo encontrás. Suerte.

Anónimo dijo...

:) gracias!

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