jueves, 7 de junio de 2007

Personajes: William V. Pickett


…La idea de que la invención es un aspecto esencial de la ingeniería era demasiado plausible en un momento en que ser un inventor era una profesión. Los ingenieros mecánicos de entonces estudiaban invención como hoy se estudia navegación. De la misma manera que hoy no importa que un vendedor sepa algo de las cosas que vende, con tal que haya aprendido la técnica de persuadir al cliente, así, en el siglo XIX sólo había que aprender cómo inventar para inventar algo…
Por tanto, la idea parecía afianzarse, al principio, y se creyó que para una nueva arquitectura era esencial un inventor que la inventara…
…Quizá los inventores más ingeniosos de este grupo fueron William V. Pickett y su discípulo, Jean-Baptiste Jobard. Dos hechos casuales parecen haberse unido dando a Pickett la inspiración para crear una nueva arquitectura. El primero, nos dice, fue su visita a unas cavernas de Derbyshire, donde las estalactitas le sugirieron la idea de una nueva arquitectura de curvas. El segundo, sobre el que habla poco, fue la publicación, en 1842, del ensayo de Ambrose Poynter… Pickett insistió en que el hierro fundido, no era adecuado para ángulos agudos, y combinando las dos ideas, propuso una “arquitectura metalúrgica” de formas plásticas, que patentó el 7 de mayo de 1844…
…Se usaban dos analogías para sostener estas proposiciones. En primer lugar, para mostrar la posibilidad de aplicación correcta y perfecta de los metales en “muchos fines sinónimos”, puso como ejemplo las construcciones de puentes y barcos. En segundo lugar, para dar evidencia lógica a las formas estructurales curvas, puso como ejemplo “la naturaleza orgánica, en general”. En el esqueleto humano, la línea redondeada u ondulada es generalmente la predominante, aunque compensada por la introducción de líneas rectas en las fibras y en las extremidades. Estas formas curvas pueden justificarse en el terreno estructural, ya que las variaciones en los huesos de las piernas de los animales, corresponden claramente a las variaciones de peso que han de resistir, e hizo notar que los huesos de los animales invariablemente se engrosaban siempre que hay una junta. Este mismo principio fue observado por los ingenieros al diseñar los elementos de las máquinas, como por ejemplo en las varillas de los pistones. ¿Por qué no podía ser también así en arquitectura?...
…La incidencia de líneas curvas y rectas en las plantas fue utilizada por Pickett para justificar yuxtaposiciones similares en su nueva arquitectura, ya que vio que era inevitable que ciertos elementos, como los suelos, tendrían que diseñarse como superficies planas; pero se oponía a cualquier junta angular o rincones puntiagudos, y se representaba mentalmente una arquitectura sin ángulos, compuesta predominantemente por curvas. Predijo que esto significaba olvidar todos los cánones tradicionales de proporción, intentando justificar de nuevo su teoría por analogía con los organismos naturales….
…En primer lugar, propuso que los techos, en lugar de ser sostenidos por una serie de columnas, tendrían que ser diseñados de acuerdo con un sistema análogo a la suspensión de un puente colgante. En su forma más modesta, el sistema implicaba la sustitución de cobertizos colgantes por pórticos de columnatas…
...Consideraba que el puente colgante de Charing Cross, con un tramo de 270 metros, “era perfectamente análogo a un techo”. Al aplicar el principio de suspensión, explicó que sería suficiente crear una estructura de armazón suficiente para apoyar el tejado y colgar las cadenas de suspensión. Las paredes exteriores podrían ser en este caso ligeras y delgadas, en función únicamente del cerramiento y la comodidad. Este sistema, dijo, no tendría que disimularse, como sucede frecuentemente con la estructura de hierro, ya que, siendo la simple expresión del principio básico de la construcción metálica, inevitablemente ha de estar en perfecta armonía con el resto del edificio. La estructura del armazón causaría bellos y singulares efectos de luz y sombra en el exterior del edificio, y se produciría un agradable perfil dibujado por los pináculos con sus cadenas colgantes… …“Si pudieran desaparecer de las casas, continuaba, las dificultades de hacer armonizar el mobiliario con el diseño general de los interiores se habría resuelto en gran parte”. “Los edificios modernos, en vez de seguir el ejemplo de la naturaleza, y hacer bellas todas las cosas necesarias, han renunciado a lo que se les ofrecía, en vez de emplear el gusto y la invención para llegar a estos resultados”….
...Pickett propuso el uso de pantallas de metal perforado, colgadas a poca distancia frente a las fachadas de los edificios, de tal manera que su idea parece la descripción de los populares brisesoleil metálicos, hoy tan de moda. Pensaba en estos elementos con carácter decorativo, diciendo que ya que el adorno característico de la arquitectura de ladrillo consistía en formas esculpidas en relieve sobre la sólida masa estructural, “las extrañas o decorativas características” de su nueva arquitectura consistirían en placas delicadamente agujereadas, sujetas por varillas a los muros. Además de ser decorativas por sí mismas, proyectarían sombras en las superficies de las paredes cóncavas a las que estaban ligadas. También les veía otra función. “Tienen que servir”, escribió, “para matizar el sol y la sombra, siendo un apéndice externo de las ventanas expuestas a fuerte luz y sol”. Siendo de metal perforado, se podrían calcular perfectamente para detener la fuerza de los rayos del sol, dejando pasar la luz durante el mal tiempo….
Extracto del libro:

Peter Collins, Los Ideales de la Arquitectura Moderna; su evolución (1750-1850).
Barcelona, 1970, Editorial Gustavo Gilli.
Capítulo 13º: La exigencia de una nueva arquitectura
[Recomendamos la lectura completa del capítulo y, por supuesto, del libro]
Fotografía del puente de Charing Cross en Londres

Editado por el arq. Martín Lisnovsky

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