martes, 31 de julio de 2007
Un Poema de Le Corbusier, Varese y Xenakis
El "Poema electrónico" del año 1958, se proyectaba en el Pabellón Phillips de la Exposición Universal de Bruselas como plena manifestación de un arte nuevo: "los juegos electrónicos", síntesis ilimitada de color, imagen, música, palabra y ritmo. El particular edificio creado por el colaborador del maestro fue desarrollado en sintonía con el festival multimedia que incluía, conformando una unidad de propuesta.
Que lo disfruten con mucho popcorn!!
Editado por el arq. Martín Lisnovsky
lunes, 30 de julio de 2007
Giedion defiende a Utzon... y a Gehry
En su más que favorable crítica a la obra de Jorn Utzon, a quien ubica como el líder de la nueva camada de arquitectos (Utzon y la Tercera Generación, 1965), el entusiasta Sigfried Giedion desarrolla una defensa de la Opera de Sydney que bien vale tomarla libremente como si su espíritu se ubicara a principios de la década del noventa y se refiriese al museo Guggenheim de Bilbao. Veamos que nos parece este ejercicio, tomando prestado unos párrafos del texto original:
"EL DERECHO DE EXPRESION:…Según la objeción más extendida, estas conchas, unidas en un cresterío, eran totalmente arbitrarias, al no existir relación alguna entre el espacio interior y exterior y por el hecho de que incluso el elevado escenario rectangular está coronado por el vuelo de una enorme bóveda.
LO MERAMENTE FUNCIONAL:
Ello plantea un problema fundamental. Un problema que nuestra época debe responder y decidir de nuevo, un problema de conciencia. ¿Estamos preparados para ir mas allá de lo puramente funcional y tangible, como se hizo en períodos anteriores con el fin de realzar la fuerza expresiva?. Las Conchas, como denomina Jörn Utzon a sus bóvedas escalonadas, son superfluas si en arquitectura se admite sólo lo funcional, en la medida en que tal cosa se pueda verificar por la coherencia material directa entre causa y efecto. Tras medio siglo de evolución, la arquitectura moderna pide más que eso. El derecho autónomo de expresarse debe reafirmarse nuevamente en la construcción, por encima de lo puramente utilitario. Somos plenamente conscientes de que en el momento actual sólo una mano maestra puede atreverse a manifestar la independencia entre expresión y función. Hoy en día, tal actitud, si se deja al arbitrio de talentos menores, puede llevar únicamente a perder el rumbo.
PUNTO DE PARTIDA, LA ESFERA:
¿Por qué todo esto? ¿Para qué este gasto de tiempo y dinero? Por nada más que el derecho a expresarse que exige la imaginación. La inflexible tenacidad con que se defendió ese derecho de expresión abre un nuevo capítulo en la arquitectura contemporánea. La interpretación entre la voluntad artística y la leyes de la materia está en la raíz de toda creación artística. Son los métodos de construcción los que han cambiado con el tiempo.
TECHOS Y BOVEDAS:
Se criticó la falta de relación ‘funcional’ entre los techos y las bóvedas de la Opera. Pero el techo de madera suspendido tiene una función totalmente distinta a la de las bóvedas que atraen a la sala a los 5.000 oyentes, no a través de un eje único sino ‘como acuden las abejas a la flor’."
Editado por el arq. Martín Lisnovsky
domingo, 29 de julio de 2007
Sin Comentarios 10: Le Corbusier y Zaha Hadid
sábado, 28 de julio de 2007
Waisman entrevista a Kevin Roche (fragmento)
MW: Se dice que en EE.UU. cada escuela de arquitectura “marca” a sus alumnos con la personalidad del maestro que la dirige –Mies en IIT, Hedjuk en Cooper Union, etcétera. ¿Es cierto eso? ¿Cuál es su experiencia al respecto?
KR: Sí, en efecto. Todas las escuelas copian la personalidad más fuerte que está en ellas. Yo mismo estudié, al llegar al país desde Irlanda, en el IIT, y abandoné cuando advertí que estaba siendo “moldeado” por Mies. En realidad, me costó años “recobrarme” de la experiencia del IIT…Tampoco Wright produjo arquitectos…en realidad, no puede formarse arquitectos. Lo mismo que para el artista, debe enseñarse cierto nivel de competencia. La Escuela del Beaux Arts, por ejemplo, alcanzó un nivel de formación de arquitectos mucho más elevado que las escuelas modernas. Entre los ingleses, algunos extraordinarios arquitectos, como Pugin, no recibieron educación arquitectónica, o, como Lutyens, empezaron a practicar arquitectura a los treinta o a los cuarenta años.
MV: ¿Cómo enseñar , entonces, a los arquitectos?
KR: Habría que darles una buena educación histórica y técnica, enseñarles a interpretar programas, y no mucho más que eso...
De la entrevista de Marina Waisman a Kevin Roche aparecida en el número 52 de la revista summarios, dedicada a la obra del estudio Roche&Dinkeloo, de febrero de 1981. Imagen correspondiente al College Life Insurance of America, Indianápolis, Indiana, 1967
Editado por el arq. Martín Lisnovsky
viernes, 27 de julio de 2007
Croquis Maestros: Aalto de viaje
La misma destreza del trazo de la mano de Alvar que acostumbramos a ver en los croquis de diseño, la vemos aquí en algunos momentos de sus viajes por tierras europeas. No son necesarias muchas líneas para contarnos lo que en estos momentos estarán adivinando, inclusive antes de ver el nombre del archivo, que es donde se encuentra la solución del supuesto enigma. Un verdadero 'Menos es Mas' propio de quien sabe observar y principalmente sabe transmitir.
Los croquis fueron tomados del libro Alvar Aalto, de palabra y por escrito, Goran Schildt, El Escorial 2000, El Croquis Editorial
Editado por el arq. Martín Lisnovsky
miércoles, 25 de julio de 2007
La Forma sigue a la razón de Sullivan
En la naturaleza, todas las cosas tienen una forma, vale decir, un aspecto exterior que nos dice lo que son y que las distingue entre si y a la vez de nosotros.
Indefectiblemente, en la naturaleza estas formas expresan la vida interior, la cualidad intrínseca del animal, árbol, pájaro o pez que nos presentan; son tan características, tan reconocibles, que decimos simplemente que es natural, que así debe ser. Sin embargo, ni bien atisbamos bajo la superficie de las cosas, no bien penetramos mas allá del tranquilo reflejo de nosotros mismos y de las nubes sobre nosotros, en la clara, fluida, insondable profundidad de la naturaleza, descubrimos cuan sobrecogedor es su silencio, cuan admirable es la corriente de la vida y absorbente el misterio. La esencia de las cosas toma forma, incesantemente, en la materia de las cosas; a este proceso indecible lo llamamos nacimiento y desarrollo.
Llega un momento en que el espíritu y la materia se marchitan juntos y a esto lo llamamos decadencia, muerte. Estos dos acontecimientos parecen unidos e independientes, parecen confundirse en uno solo, como una burbuja y su matiz tornasolado y un aire en lento movimiento parece impulsarlos. Un aire maravilloso, más allá de toda comprensión.
Sin embargo, aquel cuyos ojos inmutables se posan en el contorno de las cosas y mira amorosamente el lado en donde brilla el sol, al que gozosamente consideramos vida, siente su corazón henchido de alegría por la belleza, la exquisita espontaneidad con que la vida busca y asume sus formas, en perfecto acuerdo y correspondencia con sus necesidades. Pareciera que la vida y la forma fueran siempre absolutamente una misma cosa, inseparable; tan completa es la sensación de plenitud.
Sea el águila con las alas abiertas en el vuelo, o un capullo florecido en el manzano, sea el caballo del arado, el blanco cisne, el ramaje de un roble, un arroyo serpeante, las nubes pasajeras, en todo lo que esta bajo el sol la forma sigue siempre a la función y esta es una ley. Cuando la función no varía no varia la forma. Las rocas de granito, las colinas en perpetua cavilación, permanecen inmutables; el relámpago despierte a la vida, cobra forma y muere en un instante.
Es una ley que penetra en todas las cosas orgánicas e inorgánicas, en todas las cosas físicas y metafísicas, en todas las cosas humanas y sobrehumanas, en todas las genuinas manifestaciones del cerero, el corazón, la mente, y dictamina que la vida sea reconocible en su expresión, que la forma siga siempre a la función. Esa es la ley.
Entonces ¿debemos transgredirla diariamente en nuestro arte? ¿Somos tan decadentes, tan imbéciles, tan absolutamente miopes, que no podemos ver esta verdad tan simple? ¿Es una verdad tan transparente que podemos ver a través de ella sin verla? ¿Es realmente algo tan maravilloso, o es mas bien algo común, tan cotidiano, tan cercano a nosotros que no podemos advertir que el contorno, la forma, la expresión exterior o el diseño, o como queramos llamarlo, del alto edificio de oficinas debiera seguir la naturaleza de las cosas y cumplir sus funciones y que cuando la función no varia, la forma no debe variar?¿Acaso no demuestra esto inmediata, clara y terminantemente que los dos pisos mas bajos cobraran un carácter especial, adecuado a sus necesidades especiales, que las hileras de las oficinas típicas, teniendo una misma función invariable, deberán ajustarse a la misma forma invariable y que respecto de la buhardilla, especifica y decisiva como es su naturaleza, también lo será su función en fuerza, significación, continuidad y evidencia de la expresión exterior? De esto, no de teoría, símbolo o lógica imaginaria alguna, resulta una división en tres partes, de modo natural, espontáneo e inconsciente.
Así, el diseño del alto edificio de oficinas ocupa su lugar, junto a todos los demás tipos arquitectónicos cuando la arquitectura es un arte viviente, como sucede cada tanto en el curso de los anos. Lo testimonia el templo griego, la catedral gótica, la fortaleza medieval.
Así, cuando el instinto natural y la sensibilidad gobiernen el ejercicio de nuestro amado arte; cuando la ley conocida, la exigencia de que la forma siga siempre a la función sea respetada; cuando nuestros arquitectos dejen de reñir y discutir con jactancia, esposados en la prisión de una escuela extranjera; cuando se sienta sinceramente, y se admita con alegría que esta ley hace accesible el aire soleado de los prados verdes y nos conceda una libertad que ningún hombre sensato transformaría en licencia, disuadido por la belleza misma y por la esplendidez del funcionamiento de esa ley, tal como o exhibe la naturaleza; cuando veamos con manifiesta claridad que estamos meramente hablando en un idioma extranjero y que se nota nuestro acento norteamericano, mientras que, bajo la influencia benigna de esta ley, cada uno de los arquitectos de nuestro país podría expresar lo que tiene para decir del modo mas sencillo, modesto y natural, que podría realmente desarrollar su propia personalidad individual y que así el arte arquitectónico que cultivara se convertiría ciertamente en un lenguaje viviente, en una forma natural de expresarse, que le daría sosiego y sumaria tesoros al arte cada vez mayor de esta tierra; cuando sepamos y sintamos que la naturaleza es nuestra amiga, no nuestra enemiga implacable; que un atardecer en el campo, una hora junto al mar, un solo día de aire libre presenciando el amanecer, el momento en que el sol se encuentra en el cenit, el crepúsculo, nos sugerirá todo lo que es rítmico, profundo y eterno en el vasto arte de la arquitectura; algo que es tan hondo, tan genuino que las formalidades estrechas, las reglas estrictas y las paralizadoras trabas de las escuelas no pueden ahogar; entonces podremos proclamar que hemos tomado el rumbo cierto hacia un arte natural y satisfactorio, hacia una arquitectura que pronto llegara a ser un arte bello, en el verdadero y mejor sentido de la palabra, un arte que vivirá porque será del pueblo, para el pueblo y por el pueblo.
LOUIS HENRY SULLIVAN
THE TALL OFFICE BUILDING ARTISTICALLY CONSIDERED 1896 [fragmento]
Artículo publicado en LIPPINCOTT’S MAGAZINE en marzo 1896
El presente artículo es parte de la selección de TEXTOS MAESTROS
Imagen del Auditorium de Chicago 1886-1889, Adler+Sullivan
Editado por el arq. Martín Lisnovsky
martes, 24 de julio de 2007
Breve: Rossi en la ciudad
lunes, 23 de julio de 2007
Mallas y Texturas 9: Leonardo y Gehry
viernes, 20 de julio de 2007
No te vayas Campeón! Homenaje al Inmortal Fontanarrosa
Nos permitimos un breve paréntesis en nuestras tertulias sobre arquitectura e historia para homenajear humildemente a una persona que dejó una huella invaluable en la cultura argentina. El talento de Roberto Fontanarrosa convirtió en arte y literatura todas aquellas pequeñas costumbres, anécdotas y expresiones íntimas que forman gran parte de las características de un pueblo. Con una agilidad sorprendente para relacionar temas diversos, los cuales entrelazaba y cosía magistralmente, nos enseñó que el mejor humor, por sobre todas las cosas, es el que nos muestra tal cual somos.
Durante más de veinte años he sido un confeso seguidor de su obra, y expreso una enorme alegría al haber podido vislumbrar cómo su talento fue ganando un reconocimiento cada vez más cálido y de mayor envergadura. Todos los medios de comunicación, en las últimas 24hs, reflejaron la muerte del maestro con verdadero sentimiento. Famoso por sus personajes Inodoro Pereyra y Boogie el aceitoso, sus tres novelas, sus muchos libros de cuentos e historietas varias, recomiendo no perder de vista la calidad excelente que el Negro ha tenido como dibujante. Si tuviera que elegir una obra que lo identifique, que resuma las mejores de sus cualidades, sin duda apuntaría a "Los clásicos según Fontanarrosa", compilación de versiones de piezas como La Odisea, Hansel y Gretel, el Quijote y Otello, que lo sintetiza de la mejor manera, librito que sé de memoria y he plagiado hasta la última coma.
Nos tomamos la licencia de reproducir el más simpático de sus últimos cuentos, que por supuesto no podría hablar de otra cosa que de arte...y de fútbol. Un verdadero Inmortal.
VIEJO CON ARBOL
A un costado de la cancha había yuyales y, más allá, el terraplén del ferrocarril. Al otro costado, descampado y un árbol bastante miserable. Después las otras dos canchas, la chica y la principal.
Y
Había aparecido unos cuantos partidos atrás, casi al comienzo del campeonato, con su gorra, la campera gris algo raída, la camisa blanca cerrada hasta el cuello y la radio portátil en
—Ojo con la vía alertaba siempre Jorge mientras se cambiaban.
—No pasan trenes, casi ítranquilizaba Norberto. Y era verdad, o pasaba uno cada muerte de obispo, lentamente y metiendo ruido.
—¿No vino la hinchada? ya preguntaban todos al llegar nomás, buscando al viejoí. ¿No vino la barra brava? Y se reían. Pero el viejo no faltaba desde hacía varios sábados, firme debajo del árbol, casi elegante, con un cierto refinamiento en su postura erguida, la mano derecha en alto sosteniendo la radio minúscula, como quien sostiene un ramo de flores. Nadie lo conocía, no era amigo de ninguno de los muchachos.
—La vieja no lo debe soportar en la casa y lo manda para acá bromeó alguno.
—Por ahí es amigo del referí —dijo otro. Pero sabían que el viejo hinchaba para ellos de alguna manera, moderadamente, porque lo habían visto aplaudir un par de partidos atrás, cuando le ganaron a Olimpia Seniors.
Y ahí, debajo del árbol, fue a tirarse el Soda cuando decidió dejarle su lugar a Eduardo, que estaba de suplente, al sentir que no daba más por el calor. Era verano y ese horario para jugar era una locura. Casi las tres de la tarde y el viejo ahí, fiel, a unos metros, mirando el partido. Cuando Eduardo entró a la cancha —casi a desgano, aprovechando para desperezarse— cuando levantó el brazo pidiéndole permiso al referí, el Soda se derrumbó a la sombra del arbolito y quedó bastante cerca, como nunca lo había estado: el viejo no había cruzado jamás una palabra con nadie del equipo.
El Soda pudo apreciar entonces que tendría unos setenta años, era flaquito, bastante alto, pulcro y con sombra de barba. Escuchaba la radio con un auricular y en la otra mano sostenía un cigarrillo con plácida distinción.
—¿Está escuchando a Central Córdoba, maestro? —medio le gritó el Soda cuando recuperó el aliento, pero siempre recostado en el piso. El viejo giró para mirarlo. Negó con la cabeza y se quitó el auricular de la oreja.
—No
Algún tanguito? —probó el Soda.
—Un concierto. Hay un buen programa de música clásica a esta hora.
El Soda frunció el entrecejo. Ya tenía una buena anécdota para contarles a los muchachos y la cosa venía lo suficientemente interesante como para continuarla. Se levantó resoplando, se bajó las medias y caminó despacio hasta pararse al lado del viejo.
—Pero le gusta el fútbol —le dijo—. Por lo que veo.
El viejo aprobó enérgicamente con la cabeza, sin dejar de mirar el curso de la pelota, que iba y venía por el aire, rabiosa.
—Lo he jugado. Y, además, está muy emparentado con el arte —dictaminó después—. Muy emparentado.
El Soda lo miró, curioso. Sabía que seguiría hablando, y esperó.
—Mire usted nuestro arquero —efectivamente el viejo señaló a De León, que estudiaba el partido desde su arco, las manos en la cintura, todo un costado de la camiseta cubierto de tierra—. La continuidad de la nariz con
El Soda adelantó la mandíbula y osciló levemente la cabeza, aprobando dubitativo.
—Vea usted —el viejo señaló ahora hacia el arco contrario, al que estaba por llegar un córner— el relumbrón intenso de las camisetas nuestras, amarillo cadmio y una veladura naranja por el sudor. El contraste con el azul de Prusia de las camisetas rivales, el casi violeta cardenalicio que asume también ese azul por la transpiración, los vivos blancos como trazos alocados. Las manchas ágiles ocres, pardas y sepias y Siena de los mulos, vivaces, dignas de un Bacon. Entrecierre los ojos y aprécielo así... Bueno... Eso, eso es la pintura.
Aún estaba el Soda con los ojos entrecerrados cuando al viejo arreció.
—Observe, observe usted esa carrera intensa entre el delantero de ellos y el cuatro nuestro. El salto al unísono, el giro en el aire, la voltereta elástica, el braceo amplio en busca del equilibrio... Bueno... Eso, eso es la danza...
El Soda procuraba estimular sus sentidos, pero sólo veía que los rivales se venían con todo, porfiados, y que la pelota no se alejaba del área defendida por De León.
—Y escuche usted, escuche usted... —lo acicateó el viejo, curvando con una mano el pabellón de la misma oreja donde había tenido el auricular de la radio y entusiasmado tal vez al encontrar, por fin, un interlocutor válido—... la percusión grave de la pelota cuando bota contra el piso, el chasquido de la suela de los botines sobre el césped, el fuelle quedo de la respiración agitada, el coro desparejo de los gritos, las órdenes, los alertas, los insultos de los muchachos y el pitazo agudo del referí... Bueno... Eso, eso es la música...
El Soda aprobó con
—Y vea usted a ese delantero... —señaló ahora el viejo, casi metiéndose en la cancha, algo más alterado—... ese delantero de ellos que se revuelca por el suelo como si lo hubiese picado una tarántula, mesándose exageradamente los cabellos, distorsionando el rostro, bramando falsamente de dolor, reclamando histriónicamente justicia... Bueno... Eso, eso es el teatro.
El Soda se tomó la cabeza.
—¿Qué cobró? —balbuceó indignado.
—¿Cobró penal? —abrió los ojos el viejo, incrédulo. Dio un paso al frente, metiéndose apenas en la cancha—. ¿Qué cobrás? —gritó después, desaforado—. ¿Qué cobrás, referí y la reputísima madre que te parió?
El Soda lo miró atónito. Ante el grito del viejo parecía haberse olvidado repentinamente del penal injusto, de la derrota inminente y del mismo calor. El viejo estaba lívido mirando al área, pero enseguida se volvió hacia el Soda tratando de recomponerse, algo confuso, incómodo.
—...¿Y eso? —se atrevió a preguntarle el Soda, señalándolo.
- Y eso...-vaciló el viejo, tocándose levemente la gorra-...Eso es el fútbol.
Escrito y Editado por el arq. Martín Lisnovsky
jueves, 19 de julio de 2007
Encuesta 2: 1920-1930, los resultados
Por un amplio margen se ha destacado del resto el Pabellón de Alemania para la Expo Internacional en Barcelona del año 1929, obra de Ludwig Mies van der Rohe. Encontramos varios porqué al respecto: vinculando vanguardias influyentes como el neoplasticismo con una sólida ética de la construcción, genera espacios dinámicos sin perder la belleza más clásica de la arquitectura. Su planteo es simple y los elementos estructurales están revestidos por el material de terminación, que varían su carácter original. Esta observación lo aleja de muchas palabras cercanas al concepto de "honestidad" y "claridad" que recibe habitualmente, marcados por "lo que parece" y "lo que es" y lo acerca a los trabajos de Otto Wagner más propios de una época como la actual. Esta pequeña diferencia entre lo que se decía y lo que realmente eran las obras distingue también a la década más brillante del siglo XX, y su revisión abrió el camino de la mejor arquitectura.
Aclaro para los seguidores fanatizados de Mies, que él fue quién más coherente se paseo entre las palabras y las obras, inclusive durante toda su vida profesional, pero no quita la relación con las demás obras de la década. Dios está en los detalles pero hay que ver como los resuelve. Y el Menos es Más, que tomó de su maestro Behrens, lo pronunció con fuerza años después de esta obra; hoy es bastante discutible. Menos es Más sólo si Menos es lo que se Necesita.
Editado por el arq. Martín Lisnovsky
miércoles, 18 de julio de 2007
Un Mundo de Proyectos
WAN - The World Architecture News
http://www.worldarchitecturenews.com/
De todos los sitios de noticias y proyectos recién salidos del horno, este es uno de los que más prometen y uno de mis preferidos. Concebido como un gran espacio de intercambio de información, son los estudios quienes envían material para publicar. Muy buenas imágenes, buenos enlaces con obras del mismo programa o arquitecto, le faltaría una buena editorial crítica, pero eso por supuesto es otro precio. Recomendado para buscadores de ideas y ansiosos por olfatear lo último de lo último.
Editado por el arq. Martín Lisnovsky
Stirling reflexiona en Ronchamp
James Stirling ha tenido en su carrera una primera etapa de obras de gran trascendencia, la mayoría de las cuales no han perdido vigencia ni interés en los medios de publicación. En ese momento, décadas del cincuenta y sesenta, se superponían tres generaciones de arquitectos que compartían, cada uno a su manera, el placer de la búsqueda de soluciones dentro del esquema conceptual del movimiento moderno. Los textos de James son un legado de alguien que vivió esa época de propuestas divergentes y posee el don de transmitir el momento a través de su crítica y sus particulares reflexiones. Dentro del artículo de medio siglo atrás sobre la construcción de Ronchamp, seleccionamos ciertos párrafos dirigidos a la situación contextual más que al edificio.
“With the simultaneous appearance of Lever House in New York and the Unité in Marseilles, it had become obvious that the stylistic schism between Europe and New World had entered on a decisive phase. The issue of art or technology had divided the ideological basis of modern movement, and the diverging styles apparent since Constructivism probably have their origin in the attempt to fuse Art Nouveau and late 19th century engineering. In the USA, functionalism now means the adaptation to building of industrial processes and products, but it Europe it remains the essentially humanist method of designing to a specific use. The post-war architecture of America may appear brittle to Europeans and, by obviating the hierarchical disposition of elements, anonymous; however, this academic method of criticism may no longer be adequate in considering technological products of the 20th century. Yet this method would still appear valid in criticizing recent European Architecture where the elaboration of space and form has continued without abatement; and the chapel by Le Corbusier may possibly be the most plastic building ever erected in the name of modern architecture…”
“…It may be considered that the Ronchamp chapel being a pure expression of poetry and the symbol of an ancient ritual, should not therefore be criticized by the rationale of the modern movement. Remembering, however, that this is a product of Europe’s greatest architect, it is important to consider whether this building should influence the course of modern architecture. The sensational impact of the chapel on the visitors is significantly not sustained for any great length of time and when the emotions subside there is little to appeal to the intellect, and nothing to analyse or stimulate curiosity. This entirely visual appeal and the lack of intellectual participation demanded from the public may partly account fot its easy acceptance by the local population…”
“..With the loss of direction in modern painting, European architects have been looking to popular art and folk architecture, mainly of an indigenous character, from which to extend their vocabulary. An appreciation of regional building, particulary of the Mediterranean, has frequently appeared in Le Corbusier’s books, principally as examples of integrated social unit expressing themselves through form, but only recently has regional building become a primary source of plastic incident…”
“…Since Bauhaus, the fusion of art and technology has been the lifelong mission of Gropius, and yet it is the aspect wich denotes his least achievement. The Dessau building itself presents a series of elevations each of wich is biased towards either art or technology. The suggestions that architecture has become so complex that it needs be conceived by a team representing the composite mind may partly account for the ambiguity which is felt with buildings generated in this manner. On the other hand, Maillart, who evolved his aesthetic as the result of inventing theories of reinforcing to exploit the concrete ribbon, achieved in his bridges an integration of technique and expression which has rarely been surpassed. The exaggerated supremacy of Art in European Architecture probably denotes a hesitant attitude towards technology, which itself has possibly been retarded by our derisive attitude towards the myth of progress, the recent belief that true progress lies in charity, welfare, and personal happiness, having replaced the Victorian idea of progress as the invention and perfection of man’s tools and equipment…”
James Stirling
Ronchamp, Le Corbusier’s chapel and the crisis or rationalism
Architectural Review Marzo 1956
Re-Impreso en el número homenaje a Stirling en Diciembre 1992
Editado por el arq. Martín Lisnovsky
martes, 17 de julio de 2007
Sin Comentarios 8: Un Picasso de Koolhaas
a-Cabeza de Mujer, 1912, Pablo Picasso
b-Casa de la Música 1999-2005 en Oporto del estudio OMA, encabezado por Rem Koolhaas.
Me permito un breve comentario en la sección Sin Comentarios:
¿Cuantos artistas han desarrollado una cantidad y calidad de obras tal que de ellas se extraigan ideas y propuestas que expongan el abanico de caminos de casi cien años? Miles Davis, Le Corbusier, Picasso y seguramente alguien se me está escapando. El gran Pablo ha sido la gran fuente de inspiración del siglo XX, y aún cuando no se hallan inspirado en su obra, seguramente estén por senderos similares a los que él ya ha transitado.
Si si, mi amigo, el Centro de la Música parece una gran piedra. Pero como no fue tallada por el viento ni por el tiempo, se encuentra más cerca intelectualmente del cubismo poliédrico de Picasso que es un siglo anterior.
Nota: las imágenes han sido obtenidas de la Web y podrían tener derechos.
Editado por el arq. Martín Lisnovsky
lunes, 16 de julio de 2007
El potencial del mago Hennebique
Françoise Hennebique (1842-1921) conoció en la exposición de Paris de 1867 las estructuras de hormigón realizadas por el genio de Joseph Monier y desde allí inició la experimentación con las distintas posibilidades del nuevo material. Hombre de la construcción, había comenzado como albañil y conformó una empresa constructora que fue muy popular en Europa, donde construyó en las grandes ciudades. Sus estudios lo llevaron entre 1879 y 1892 a sistematizar la estructura de hormigón armado tal cual la conocemos y que permitió un nuevo campo de posibilidades espaciales y estéticas. Losas, vigas y columnas, reforzadas y a su vez optimizadas con barras de hierro conforman una unidad. A fin de siglo construyó una casa para su familia en un pueblo llamado Boug-la Reine, en Francia, donde lejos de buscar integridad, homogeneidad y equilibrio (a pesar de ello no se encuentra muy lejos de lograrlo) volcó todo un repertorio de posibilidades que demostraban lo que su técnica era capaz de hacer. Les dejamos una pequeña frase extraída de Espacio, Tiempo y Arquitectura, el maravilloso libro de Sigfried Giedion:
“ La torre octogonal se apoya en dos ménsulas que sobresalen unos
Editado por el arq. Martín Lisnovsky
viernes, 13 de julio de 2007
Los Festejos por el Centenario
Pasaron 4 meses desde aquellas primeras pruebas y, podemos decir, llegamos a la entrada número 100 del blog con bastante dignidad. Creemos haber desarrollado una estructura clara y ordenada, con ideas que fueron consolidando nuestra mirada hacia las obras de los antepasados. Investigar, Opinar, Compartir, Comentar, Preguntar, Informar y todo lo que encontremos de valor para aportar herramientas útiles que nuestro trabajo profesional diario.
Los festejos serán en breve –no hemos definido si habrá carrozas en la 9 de Julio- y pese a que no podemos contar con los grandes que forjaron nuestro espíritu hemos encontrado personas muy parecidas físicamente, que ayudan para las fotos
Adjuntamos la serie completa de la edición aniversario que celebra la publicación nº100 de arquitectura+historia, 10 Wallpapers que repasan algunos momentos sublimes.
Con las copas en alto, Salud!!
Las imágenes de los fondos de pantalla son fotografías del arq.Martín Lisnovsky,
Nota: En la primera entrada deciamos: “Cuando logremos un mínimo de orden, expondremos el porqué y los cómo de la creación de este blog.” En cualquier momento lo hacemos, cuando sepámos qué escribir
Y repetimos nuestra frase ad honorem: Estamos trabajando para usted.
Editado por el arq. Martín Lisnovsky
miércoles, 11 de julio de 2007
Dos Ilustres (poco) Conocidos
Una de las sorpresas mas gratificantes cuando nos encontramos de visita en cualquier ciudad ajena a nuestra vida cotidiana, es vislumbrar un edificio que nos llame bien la atención y que no sea parte de la memoria de los libros y las revistas a las que hemos tenido acceso. Muchas veces no calificados dignamente por los historiadores o críticos, otras veces reconociendo su valor pero no ubicándolas a la altura de las obras maestras del mismo autor. Las dos obras que vemos en imágenes si bien aparecen muy debilmente en los libros son bastiones culturales de Bruselas, capital Belga; inclusive ambas se encuentran restauradas y refuncionalizadas para albergar sendos museos. El Old England (hoy Museo de los Instrumentos Musicales) es una verdadera delicia para los ojos y uno siente que no se ha hecho justicia en los libros. Construído en el epílogo del siglo XIX por el arquitecto Paul Saintenoy es una demostración imaginativa de las posibilidades estructurales y expresivas del hierro -provocaría vívidos aplausos en un Viollet-le-Duc- y una imagen más adelantada a su tiempo que los desarrollos paralelos en Chicago. El actual Museo de la Historieta (dominado por las figuras de Tin-Tin y Asterix), funciona en el espléndido Magasins Waucquez que Victor Horta construyera en el nacimiento del siglo XX. Aquí nos encontramos, junto con las cualidades más conocidas del arquitecto, con una espacialidad diferente, mucho más dinámica y transparente. En verdad, es similar en este aspecto al Hotel Tassel, pero la impresión es diferente cuando la escala es bastante mayor. Aquí los precisos detalles y los objetos que conforman van perdiendo peso frente el amplio espacio iluminado y las bandejas que lo conforman. Un ejemplo ideal para explicar los dos siglos que lo rodean.
Para los que no puedan ir este fin de semana a Bruselas, pueden ver imágenes en http://www.bluffton.edu/~sullivanm/index/index2.html
Editado por el arq. Martín Lisnovsky
martes, 10 de julio de 2007
El sitio de las Panografías
Full Screen QTVR es uno de esos sitios dignos de la Red. Un portal repleto de imágenes de 360º que nos acercan una nueva mirada, increíblemente sensible, de los sitios más famosos de nuestro Mundo. El orden de las categorías es el siguiente: Panoramas, VR Mag, Arounder Special Projects, Arounder Cities, Panogames y Friends. La atracción para quienes conozcan este tipo de panografías o para los que aún no se han iniciado está garantizada. Las imágenes poseen mucha definición y sólo hay que repetir con el mouse los movimientos naturales de la cabeza para observar el objetivo. Una tecnología digna del nuevo siglo y una herramienta pedagógica para comprender los espacios. Imperdible.
Link: http://www.fullscreenqtvr.com
Editado por el arq. Martín Lisnovsky