
1- Bruno Taut. Arquitectura Alpina, 1919. La Catedral de Roca y Cristal.
2- Peter Eisenman. Concurso para la Iglesia del Jubileo, Roma 1996Seguramente en los pensamientos de Bruno se entremezclaban las montañas, los sueños de cristal de Paul Scheerbart y la fascinación por la luz artificial. Todos elementos visibles en el expresionismo alemán de la década del 10-20. Peter, en cambio, busca en geometrías con mucha personalidad, en desafíos mentales y experimentos cibernéticos. Ambos parecen posarse en paisajes antárticos, donde los grandes hielos y las punzantes aristas conforman el paisaje. Wright solía inspirarse también en los minerales, a quienes intuía erroneamente formando parte del mundo orgánico, su amigo. Todos miran para adelante y aunque cueste llegar a tierra firme, a una buena arquitectura, cada vez lo vemos menos violento y con mayor armonía con los vientos contemporáneos. Esperemos nos ayude a combatir las temperaturas de esta verdadera Era del Deshielo.Las fotografías fueron tomadas de Flickr y pertenecen a Eitzel, Arnout Fonck, Ilpirlo y Ms. Knook. Los dibujos fueron tomados de la web.
Editado por el arq. Martín Lisnovsky













Una nueva batalla se libra en el mundo del arte digital. Parece una cuestión de Honor entre los mejores representantes de la técnica más sofisticada. En el espacio comprendido entre el final de la película y el comienzo de la descripción del equipo técnico, todas las películas de animación digital se esmeran por destacarse por la originalidad o por el nivel artístico. Desde el sorprendente arte alcanzado en “Los Increíbles”, dirigida por Brad Bird y respaldada por Pixar, no ha habido una producción de primer nivel (el denominado triple A) que no quiera destacarse en este nuevo segmento.
Hoy es momento de comentar el final de “Wall-E”, quizás la producción digital con mayores desafíos técnicos desde la locura hace casi diez años de utilizar el sistema de lienzo profundo implementado en “Tarzán”. Claramente Wall-E busca ir por el máximo Oscar, desprendiéndose del área infantil dominado usualmente por el equipo de Lasseter. Lo gane o no, la apuesta nada comercial dignifica y mucho el excelente trabajo realizado.
El final de la historia sucede cuando la humanidad vuelve al Planeta Tierra. Una segunda colonización, esta vez con la ayuda de los robots. La narración se corta y se aprovecha de este nuevo espacio para contar en imágenes –acompañadas por la música del prócer Peter Gabriel- destellos del proceso de una nueva vida. Cada una de las imágenes representa también la historia de la pintura. Es así que comienzan con el arte rupestre de las cuevas de Altamira, pasando por el arte micénico, egipcio, romano, paleocristiano, oriental, medieval, trazos del renacimiento y analogías con Turner, Seurat y Van Gogh. Claro que sorprende ver en estos "estilos" las representaciones con naves espaciales, robots y autopistas entremezcladas.
Una joyita que no ha sido mencionada especialmente por ningún crítico de cine.
Pero hay algo más. Cuando la secuencia termina, se representan dos imágenes titilando –como el corazón digital de mis teóricas iniciales- que se transforman en Wall-e y Eva, pero dibujados sencillos y pixelados, rindiendo homenaje a la primera generación gráfica digital que logró divertirnos y comunicarnos con pocos recursos. Fue la generación que los de treinta y pico recordarán con el Space Invaders, el Pac-Man, Tetris, Pole Position, Frogger y demás videojuegos. Esto permite una nueva lectura, elevando a la categoría de arte a estas expresiones pocas veces consideradas como tales. Creo que se hace un justo reconocimiento, ayudado por la moda actual que –vía celulares- los trae nuevamente a la vida. Es la génesis de todo lo que hoy percibimos en Internet, y de una nueva manera de comunicarnos y de representar nuestras ideas. Como soñaban los artistas del cambio de siglo.
Aplausos de Pie para este hallazgo, que logra cerrar el ciclo del tremendo esfuerzo, de un nivel nunca antes visto, alcanzado por los animadores. Un auto-homenaje digno de quien comprende que ha colaborado en un nuevo peldaño de la historia del arte. No se lo pierdan.
Editado por el arq. Martín Lisnovsky

…”Fui al pueblo de Poissy a ver una casa de Jeanneret, muy moderna, me ha parecido una bella escultura. El paisaje a su alrededor sirve de mesa verde, se me figura a sus bellos cuadros. Este arte concretiza, fija la vida moderna y su espíritu en lienzos o arquitectura. Todos hablan de él, y yo apenas he leído unas cuantas cosas, aunque ya encargué a un librero todo lo que está publicado. Pude hablar con él, muy poco, y me dibujó el camino a la villa. Marie me dice que hizo a un tal Beistegui un proyecto por los Campos Elíseos. Tengo curiosidad por ver qué hizo a este paisano en París. A mí me gustan sus cuadros.
Estoy lejos de entender todo lo que está pasando. El pasado y el presente siguen en lucha. Lo moderno aquí va muy rápido.
Quiero llevarme en el corazón este espíritu y revisar este arte. Cuando todo este ruido esté lejano, sus ideas me serán más claras. Me podrán servir para una línea de arte, distinta a la estancada ya desde hace tiempo…”
Luis Barragán. Apuntes desde París. Ideas sobre Arquitectura Contemporánea.
Texto firmado en el Hotel Concorde el 3 de septiembre de 1931.
Original propiedad del Ing. Luis Ugarte.
Tomado del libro de Antonio Rigen. Luis Barragán, escrito y conversaciones. EL Escorial, 2000, EL Croquis Editorial.