jueves, 28 de mayo de 2009
Maurits Escher mira el Espejo Mágico e Infinito de la Alhambra en Granada
“Los árabes alcanzaron una gran maestría en el arte de rellenar superficies con figuras que se repiten sin dejar un solo hueco libre. Así lo hicieron en la Alhambra, donde decoraron paredes y suelos con mayólicas multicolores. Es lástima que el Islam prohíba las imágenes. Por ello, en sus mosaicos se limitaron al empleo de formas geométricas abstractas. Ningún artista árabe se atrevió a usar figuras reconocibles –por ej. Pájaros, peces, reptiles, hombres- como elementos decorativos( o tal vez ni siquiera se les ocurrió semejante idea). Al ceñirse a las formas geométricas me resulta tanto más inadmisible cuanto que la posibilidad de reconocer las figuras es para mí el motivo principal de mi permanente interés en la materia.” Maurits Cornelius Escher.
El texto pertenece al libro de Bruno Ernst, El espejo mágico de Escher. Taschen 1992
Seleccionado por el arq. Martín Lisnovsky
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