jueves, 16 de julio de 2009

Arquitectura y Revolución. Le Corbusier, los Reformistas y el general Onganía.


La vida de Charles Edouard Jeanneret, Le Corbusier, concluyó el 27 de agosto de 1965. Un año después tuvo lugar en Buenos Aires el episodio con cuyo relato llega a su fin este libro. Como se mencionó en el primer parágrafo de este epílogo, los estudiantes de arquitectura tomaron el poder en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de Buenos Aires cuando el gobierno del general Perón fue derrocado por un golpe militar, autobautizado “Revolución Libertadora”.
Las opiniones en la política universitaria entre 1955 y 1966 se polarizaron en dos grupos principales: los “humanistas” y los “reformistas”. De raíz principalmente católica, los primeros se oponían a los procesos de masificación y buscaban recrear valores de comunidad. Influidos por el marxismo, los segundos eran ardientes defensores de las ventajas de los procesos de modernización, alos que criticaban por insuficientes o injustos. En las facultades de arquitectura, los humanistas eran defensores del organicismo y de las posiciones anteclásicas, mientras que los reformistas eran partidarios de la construcción industrializada y de las aproximaciones “científicas” a la forma.
En este contexto, es obvio que la figura de Le Corbusier era un emblema de los reformistas, como para los humanistas lo era la de Frank Lloyd Wright.
El primer aniversario de la muerte de Le Corbusier sorprendió a la Facultad, a las universidades y al país en una situación política nuevamente convulsiva. En efecto, acusado de ineficiencia económica y debilidad frente al “avance marxista”, el gobierno constitucional del presidente Arturo Illia fue derrocado el 28 de junio de 1966 por un golpe militar encabezado por el general Juan Carlos Onganía…

…La figura de Le Corbusier se identificó mas que nunca con los ideales laicos de “progreso”, con la seriedad científica y con la amplitud cultural que estaban siendo literalmente aplastadas. En la segunda semana del mes las cadenas telefónicas que unían clandestinamente a estudiantes y docentes hicieron circular la propuesta de encontrarse en una plaza pública para rendir homenaje a su figura y de ese modo hacer explícita la propuesta antidictorial. Sentados sobre el césped de la Plaza San Martín en el barrio de Retiro, en la mañana del 27 de agosto de 1966, algo más que un centenar de jóvenes escucharon apenas los breves discursos que aludían al Maestro muerto el año anterior...
…además de sufrir los gases lacrimógenos y los palazos, doce de ellos fueron detenidos.
…Ese acto homenaje a LC constituyó la primera movilización de los estudiantes de la Facultad de Arquitectura contra la dictadura militar. Pero ese homenaje no fue el único acontecimiento ligado a LC que tuvo lugar en Buenos Aires ese sábado 27 de agosto de 1966. El otro, por una rara coincidencia acaecido al mismo tiempo, tiene todo el misterio de las paradojas.
En la mismísima Casa de Gobierno, vale decir en la Sede del Poder Ejecutivo Nacional, el general Juan Carlos Onganía recibió esa mañana a una nutrida delegación integrada entre otros por el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Dr. Salimei…El propósito de la visita era presentar a quien había asumido todos los poderes de la República el Plan Regulador de Buenos Aires, es decir la pieza urbanística que elaborada y re-elaborada a los largo de los años en oficinas con nombres cambiantes se había ido consolidando, entrelazándose con las ideas por primera vez bosquejadas en 1929 por la mano de Le Corbusier…

…Ante la presentación el propio general Onganía, un convencido “planificador”, manifestó: …”que le agradó mucho el estado en que estaba el estudio, al que juzgó de medular y serio y dijo que consideraba que sus principios tendrían que servir de base para cualquier obra similar que se realizara…..para cualesquiera de sus proyectos u obras, coordinarlos con las bases sentadas por la OPRBA.
La superposición en una misma mañana de ambos episodios, en los que la obra de Le Corbusier funciona como ejemplo “revolucionario” en dos sentidos opuestos, constituye una paradoja….

Texto caprichosamente seccionado del epílogo “Arquitectura y Revolución”, incluído en el libro de Jorge Francisco Liernur con Pablo Pschepiurca titulado “La red austral. Obras y proyectos de Le Corbusier y sus discípulos en la Argentina (1924-1965)", de edición reciente, que juzgamos imprescindible y recomendamos vigorosamente ya que constituye el documento mas completo hasta la fecha de la relación entre el gran Maestro y la República Argentina.
La excelente fotografía fue tomada de la web y pertenece a 3dphoto.net

1 comentario:

Pancho dijo...

La pregunta que queda flotando es...¿de que lado estaría Le Corbusier? ¿Del de la defensa de los derechos humanos o tratando que le aprueben un plan que le permita hacer 200.000m2? Una gran duda

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