sábado, 10 de mayo de 2008

Crítica poco Constructiva: la Arquitectura de Hundertwasser




Luego de tantos años recorriendo los personajes de la historia, siempre he salteado por alto el extraño caso de Friedensreich Hundertwasser. Y no era casual ni un hecho menor. Algunos profesores, ocasionalmente, lo nombraban como un caso de individualismo, libertad, y creatividad. Basta verlo para no llegar a pensar siquiera mucho en ello.
Puede ser que como pintor destilaba trazos originales de muchos colores, plenamente vivos, salvajes, como un Matisse. La pintura suele atrapar al ojo de forma tramposa.
El compromiso universitario hizo que reuniera material acerca de su obra, a fin de profundizar en los detalles y conformar una crítica consistente, plena de fundamentos y con lecciones pedagógicas complementarias a los cursos que dicto.
No llegué ni a empezar. El asombroso efecto negativo que me producen estas imágenes, que dicen ser de proyectos arquitectónicos, no lo puedo defender.
Un poco de Heidi y su Abuelito después de toneladas de licor, Gaudí y Klimt pegoteados con plastilina, Hobbits en la casa dulcemente tramposa de Hansel y Gretel, helados baratos con todo tipos de coberturas y agregados, un clima que se remonta a mis recuerdos más lejanos del Italpark de la ciudad Buenos Aires en la zona de Retiro, famoso en la década del 70, sucio y más viejo de lo que seguramente fue. Repostería sobre nada, con la excusa del arte como pretexto, no creo que la gente veo eso como reflejo de sus vidas. Le puede simpatizar a alguien, o generar pasiones, pero no es suficiente para que libros enteros generen críticas interesantes.
Seguramente me equivoque. No es un mamarracho, aunque no está en mi cabeza muy lejos de esa etiqueta. Por favor si alguien puede esgrimir una defensa, aquí la espero con el florete en punta esperando alguna señal sobre las bondades de empezar a leer su bibliografía. Espero sentado.
Y sepan, chicos, que si no comen la comida los llevaré a vivir a casas como éstas. Ríanse del hombre de la bolsa.
Publicado por el arq. Martín Lisnovsky

10 comentarios:

Salvador Schenone dijo...

... cada loco con su tema...

Conozco un monton de gentiles que lo ven y le encanta, a mi cuando lo vi me parecio simpatico... es mejor que un pato encima del cubo. Aparte hoy en dia con lo "enviromentaly friendly" pega justo tiene mucho verde!! a mi tambien me parecio una arquitectura sacada de una jugueteria
pero hundert como germano bien te acordaste de heidi hansel, asi que tan lejano de su tierra esa arq no esta.

Peor son las fachaditas de marino santamaria en barracas......

es el imaginario popular de vuelta te digo los gentiles piensan que es de lo mas original e increible!

Anónimo dijo...

Gracias salvador, pero recuerda que tierra y pasto en las terrazas no lo convierte en ecológico y equilibrado en lo bioambiental. Mi tía también es pintoresca y original y sigue soltera a los cincuenta largos....recién vi Meteoro y tiene una pirotecnia en los colores que estas imágenes parecen en sepia, una animalada. El único edificio real moderno que aparece camuflado es el museo de Mercedes Benz en Stuttgart, aquél que en la entrada tiene el monumento a Fangio, nuestro Meteoro argentino. Salud!

Anónimo dijo...

chale, pinches arquitectos...

Anónimo dijo...

Perdonen mi ignorancia si la comparaciòn es absurda, pero fuera de lo que es la generacion de los espacios internos,las obras de Frank Gehry tambien tiene su parte artistica y estranbolica que causa un impacto muy fuerte a la vista y a diferencia de Hundertwasser muy pocas veces he escuchado criticas del mismo. No se uds pero yo preferiria vivir antes en un postre.

Anónimo dijo...

Yo preferiría vivir en un edificio. No creo sea mucho pedir

Anónimo dijo...

Estimado Sr. Lisnovsky, arquitecto:

quisiera comentarle que hacía mucho que no disfrutaba tanto con una crítica, aunque no me haga ver la obra de Hundertwasser con otros ojos.

Para mí es fascinante, si bien opino sin criterio de arquitecto alguno. Me transmite mucho y es una toda una experiencia contemplar su obra (sin cinismos...)

Sí quisiera realizar un par de puntualizaciones:
En primer lugar, más que licor, me decantaría por la Amanita muscaria. Gaudí la incluye en su obra, incluso como ornamento, no sólo como elemento de 'viaje'. No es el único que crea bajo sus efectos. Visitar el KunstHaus simula una alucinación fascinante, sin que el hígado o el cerebro sufran daños, toda una ventaja.
En segundo lugar, alguien comenta "germano". Hundertwasser es austríaco, por lo que no tiene nada que ver.

Gracias por su atención. Atentamente,

Mercedes.

Martín L dijo...

Muchas Gracias Mercedes por tus palabras y el dato. me voy a buscar Amanita muscaria al quiosco. Ahora Vuelvo

Anónimo dijo...

Señor Martín, mejor vaya Vd. a buscarla al bosque, preferiblemente en época otoñal, pues no se vende como golosina. Aunque más de uno quisiera...

Saludos,


Mercedes.

Unknown dijo...

Gracias Mercedes. Coincido con tus palabras. Con todas.

Jose dijo...

Ya que saca el tema de Gaudí, estaría bien que las leyendas de su inspiracion consumiendo hongos y alucinógenos son solamente eso; leyendas (falsas).

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