lunes, 30 de julio de 2007

Giedion defiende a Utzon... y a Gehry



En su más que favorable crítica a la obra de Jorn Utzon, a quien ubica como el líder de la nueva camada de arquitectos (Utzon y la Tercera Generación, 1965), el entusiasta Sigfried Giedion desarrolla una defensa de la Opera de Sydney que bien vale tomarla libremente como si su espíritu se ubicara a principios de la década del noventa y se refiriese al museo Guggenheim de Bilbao. Veamos que nos parece este ejercicio, tomando prestado unos párrafos del texto original:

"EL DERECHO DE EXPRESION:…Según la objeción más extendida, estas conchas, unidas en un cresterío, eran totalmente arbitrarias, al no existir relación alguna entre el espacio interior y exterior y por el hecho de que incluso el elevado escenario rectangular está coronado por el vuelo de una enorme bóveda.
LO MERAMENTE FUNCIONAL:
Ello plantea un problema fundamental. Un problema que nuestra época debe responder y decidir de nuevo, un problema de conciencia. ¿Estamos preparados para ir mas allá de lo puramente funcional y tangible, como se hizo en períodos anteriores con el fin de realzar la fuerza expresiva?. Las Conchas, como denomina Jörn Utzon a sus bóvedas escalonadas, son superfluas si en arquitectura se admite sólo lo funcional, en la medida en que tal cosa se pueda verificar por la coherencia material directa entre causa y efecto. Tras medio siglo de evolución, la arquitectura moderna pide más que eso. El derecho autónomo de expresarse debe reafirmarse nuevamente en la construcción, por encima de lo puramente utilitario. Somos plenamente conscientes de que en el momento actual sólo una mano maestra puede atreverse a manifestar la independencia entre expresión y función. Hoy en día, tal actitud, si se deja al arbitrio de talentos menores, puede llevar únicamente a perder el rumbo.
PUNTO DE PARTIDA, LA ESFERA:
¿Por qué todo esto? ¿Para qué este gasto de tiempo y dinero? Por nada más que el derecho a expresarse que exige la imaginación. La inflexible tenacidad con que se defendió ese derecho de expresión abre un nuevo capítulo en la arquitectura contemporánea. La interpretación entre la voluntad artística y la leyes de la materia está en la raíz de toda creación artística. Son los métodos de construcción los que han cambiado con el tiempo.
TECHOS Y BOVEDAS:
Se criticó la falta de relación ‘funcional’ entre los techos y las bóvedas de la Opera. Pero el techo de madera suspendido tiene una función totalmente distinta a la de las bóvedas que atraen a la sala a los 5.000 oyentes, no a través de un eje único sino ‘como acuden las abejas a la flor’."

Editado por el arq. Martín Lisnovsky

1 comentario:

Anónimo dijo...

La historia se repite y las observaciones inteligentes prueban que los problemas son siempre los mismos, como la sustancia de las soluciones. Esssselente ejercicio,buena idea, chic-chic, por lo menos así lo veo yo

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