El Architectural Review publicó en 1957 un número especial titulado “The Functional Tradition”. En él se reproducían numerosos edificios ingleses anónimos de carácter regional, tales como granjas, graneros, depósitos, molinos, etc. Esta selección era quizá algo restringida, ligeramente Georgiana y limitado excesivamente a los comienzos del industrialismo. Podría haber incluido fortificaciones, aldeas y los primeros edificios de oficinas…
El mérito de este tipo de obras, tal como puede apreciarlo hoy un arquitecto, cosiste en que están compuestas habitualmente por volúmenes simples y sin decoración, diseñados a partir del destino del edificio y, en especial, de las funciones de los elementos principales. Estos edificios se adaptan a una amplia variedad de materiales y ubicaciones y su estructura portante deriva claramente de su organización. Aunque datan inclusive de tiempos medievales, son particularmente modernos y recuerdan las primeras ideas del funcionalismo, aunque tal vez no tanto la estética maquinista, que fue primordialmente una preocupación de índole estilística. Le Corbusier fue siempre conciente de la apariencia carente de compromisos estilísticos de este tipo de edificios y, al disminuir el ímpetu teórica del movimiento moderno, la influencia que ejercieron sobre él se hizo evidente, en particular en sus últimos trabajos…
La tradición funcional y la expresión (fragmento)
James Stirling
Extraído de James Stirling y la tradición funcional inglesa
Cuadernos Summa-Nueva Visión
Fotografía: Laboratorios de la Facultad de Ingeniería de Leicester, 1959-1963
Editado por el arq. Martín Lisnovsky
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