"El método funcional es vivificantemente concreto allí donde el tipológico es abstracto. Sin embargo, cuando tratamos de aplicarlo en casos específicos, no produce en muchas ocasiones los resultados que promete. Así lo advierte una de las máximas autoridades en materia de arquitectura romana: En la primera época del Imperio -escribe-, cada aspecto de la vida diaria tenía su propio y claramente definido emplazamiento arquitectónico. No era posible confundir un templo con un mercado, o un tribunal con unas termas. En el siglo III fueron desapareciendo rápidamente tales diferencias... y en tiempos de Constantino iba resultando cada vez más difícil decir a primera vista qué clase de edificio se tenía adelante..."
Mango, Cyril. Arquitectura Bizantina. Buenos Aires, 1978, Viscontea (trad: Anna Bacigalupo)
Capítulo Segundo. Materiales y Técnicas: Arquitectos, Operarios y Patronos. Hoja 8
Editado por el arq. Martín Lisnovsky
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