domingo, 31 de enero de 2010

SC 118: Ginzburg se Inspira en Max Berg para Honrar a los Soviets de Lenin


1- Max Berg. Breslau (hoy Wroclaw, Polonia). Pabellón del Centenario, 1911-1913
2- Moisei Ginzburg. Propuesta para el Palacio de los Soviets. 1931

El Concurso para el "Palacio de los Soviets" fue ganado por Boris Iofan. Muchos de los proyectos que intentaron -sin suerte- el éxito son merecedores de nuestra atención. Uno de ellos, realizado por Ginzburg con Gassenpflug y Lisagor, tiene un carácter demasiado contemporáneo para tener ya 80 años. Más cercano a los mundos de Star Wars que a la cultura soviética del 30 que la cobijaba, podría hoy ser presentada por Koolhaas y sus OMA sin sorprender (y de hecho lo hicieron a orillas de los 90). Pero lo que nos llama la atención son los referentes que pudieran haber tenido los arquitectos por esos días, y sin dudas pocos espacios interiores llamaron tanto la atención como el magnífico y colosal Pabellón del Centenario de Max Berg. Realizado con estructura de Hormigón Armado a comienzos de la década del 10 -esto es mientras Loos hacía su Casa Steiner o Le Corbusier viajaba por Oriente-, logra conmover por personalidad y escala inclusive más que la mayoría de las Estaciones y Puentes realizados en Hierro. Si bien desde el exterior mira más al pasado que al futuro, desnudando su estructura y cubriéndola con una piel de vidrio modulada a lo Pelli, estaríamos muy cerca de la idea de Moisei. Demasiados adelantados a su tiempo, El Berg real y el Guinzburg dibujado merecen nuestro aplauso.
Editado por el arq. Martín Lisnovsky



3 comentarios:

Demi dijo...

Esto ya es arqueología!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Si tan solo estos personajes pudieran haber construído lo que proyectaban, el reconocimiento a su s vanguardias habría desacartonado l ahistoria de la historia de la arquitectura. Basta de Maestros y de Moderno!!!

arqapaz dijo...

jajaja arqueologia?¿ no, no...no me veo yo con un cepillo de dientes puliendo piezas recien descubiertas.

A mi las relaciones aún con objetos inmateriales o no construidos me parecen enriquecedoras, porque amplian el campo de la arquitectura y la nutren.
Realzan el proceso de diseño desde la concepción de la idea. A su vez habrá que reconocer el esfuerzo proyectual de aquellas mentes en esos felices años.

La biblioteca Nacional de Paris de Labrouste es otra de mis piezas favoritas para el juego.
Jugamos?
Saludos

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