sábado, 8 de diciembre de 2007

Un Festival de la Imaginación, menos dos. La Constante de Catalano, en Grecia



Como si compartiese un secreto Durek dijo con voz suave:
-Imaginemos que podamos presentar en un solo lugar y a un mismo tiempo las creaciones griegas más significativas. Concibamos que un día, en el año 300 a.c., haya tenido lugar un festival en los teatros de Delfos, Dionisio y Epidauro, uno adyacente a otro, como esculpidos en la misma ladera. En el Teatro de Delfos se escucha una nueva forma de arte cuando las voces de coros y cantantes y el sonido de nuevos instrumentos crean un ambiente musical. Varias danzas son ejecutadas y Aristoxenos explica las bases de su teoría musical y de la ciencia llamada armonía. Se crea estructura y espacio con movimiento, sonido y tiempo.
En el Teatro de Dionisio –continuó- se recita poesía. Por primera vez se introduce en el arte escénico un segundo actor y luego un tercero representando obras que han sentado los temas literarios hasta el presente. Nuevas relaciones espaciales y estructurales, así como de participación y lugar, se han introducido en ese género y, también, entre los personajes en el escenario.
En el Teatro de Epidauro, Mirón expone su Discóbolo fundido en bronce y explica su estructura, movimiento y espacio escultural. Platón presenta su nueva geometría espacial de los cinco cuerpos sólidos y exhibe sus modelos estructurales mientras un miembro de su Academia, Menaecmo, dibuja un cono intersectado por un plano giratorio y define las secciones resultantes llamadas ‘cónicas’. Estas crearon, siglos mas tarde, una revolución en estructuras y espacios arquitectónicos y también en la concepción geométrica del ámbito celestial.
Como gran finale, todos los participantes y el público cantan en celebración de las ciencias nacientes, astronomía, física, geometría y medicina. La Victoria de Samotracia desciende, con sus alas ampliamente desplegadas, para celebrar el triunfo, no de los dioses como era su misión, sino de la imaginación. Y el festival termina al amanecer con el anuncio de la teoría que la Tierra gira alrededor del sol.

-¿Por qué no has incluido la celebración de acontecimientos en la arquitectura? –le pregunté, lleno de curiosidad y ansioso de escuchar su respuesta- ¿Por qué no?-insistí.
La mirada de Durek, todavía recreando las grandes innovaciones presentadas en el Festival, se transformó en una de desilusión. De pronto, sacudiendo la cabeza, contestó:
-¿Cómo podría incluir la arquitectura, si no brindó nuevos conceptos para celebrar! Sus dos principales arquitectos, Ictinus y Callicrates, se excluyeron de ese mundo innovador. Ellos simbolizan los ‘menos dos’.
Su respuesta tenía validez. Los Griegos desarrollaron temas fundamentales en literatura, teorías en filosofía, introdujeron movimiento, tiempo, estructura y espacio en los campos de las letras, escénico y escultural, también, nuevas formas de arte y exploraciones científicas. Sin embargo, en la arquitectura, no avanzaron más allá de la construcción bidimensional egipcia utilizada en los tiempos de Luxor, 1390 ac y Karnak 1300 ac. A pesar de ello, en la misma tierra griega, estructuras espaciales fueron construidas con anterioridad, las cuales no despertaron la imaginación de los arquitectos. Durek las describió así:
-Ya en el siglo 14 ac existía la tradición de enterrar a los muertos en bóvedas subterráneas evocando las formas colmenares naturales construidas con lechos de piedras. Una de ellas, cubriendo una luz de 15 metros, es conocida con el nombre de “El Tesoro de Atreo”, por haber sido muy difícil imaginar que tal extraordinario concepto estructural y espacial pudiese ser aplicado para albergarlos. Esas cúpulas –añadió- podrían haber inspirado a los arquitectos de los templos a construir sistemas espaciales en honor a sus dioses. En vez, más de mil años fueron perdidos sobreelaborando los detalles de las construcciones bidimensionales.

-Es extraño que cuatro de los cinco sólidos Platónicos –señaló Durek- no hayan tenido influencia en la arquitectura de su tiempo, más aun, porque su geometría era, en esencia, estructural. Las intersecciones de sus caras les proveían extrema rigidez.

Recuerdo que con los ojos semicerrados y una amplia sonrisa como si saboreara su pensamiento dijo:

-Me es difícil concebir porqué los arquitectos de entonces no hayan respondido a la provocación geométrica de un dodecaedro, el que transformaba la continuidad de la superficie de una esfera en una afacetada por pentágonos idénticos. También, no puedo imaginar como su juego de planos, vibrando bajo la luz mediterránea, fue ignorado por hombres con percepción visual.

Sacudiendo la cabeza, agregó:

-Tampoco los inspiraron las enormes vasijas como la de Dipylón o las ánforas de Eleusia las que revelaban, con sus delgadas superficies de doble curvatura, propiedades estructurales y espaciales de gran rigidez. Sólo se requería la facultad de interpretar formas e interpolar escalas.

Mas adelante, el texto reafirma…
...-Sí, fue una edad extraordinaria. ¿Pero no crees que su espíritu se hubiese enriquecido si la creación de espacios hubiera sido considerada un arte; si las estructuras arquitectónicas hubiesen sido vistas como extensión de aquellas de la geometría, astronomía, música y filosofía; si el concepto de sistemas en los campos de la ciencia se hubiese extendido a la arquitectura, reemplazando la arbitraria aplicación mecánica de reglas de proporciones que esterilizaron el arte?


Eduardo Catalano

La Constante. Diálogos sobre estructura y espacio en arquitectura.

Cambridge Architectural Press y Eudeba 1996
Capítulo: El Segundo Día. Un Festival de la Imaginación, menos dos

Nota: el presente fragmento desarrolla una postura tridimensional y estructural sobre la arquitectura griega que no es frecuente en los libros de historia de la arquitectura. Su riqueza visual y el interés que despierta nos ha entusiasmado sobremanera para su presencia en este espacio, aunque la bidimensionalidad de las construcciones griegas y su 'sobreelaboración de detalles' sea una lectura muy subjetiva y funcional al planteo desarrollado. Pero eso no impide la gran pasión y conocimiento aplicado con imaginación y audacia que transmite el libro en cada capítulo. Imperdible.

Las imágenes fueron tomadas de FlicR y tiene derechos
Editado por el arq. Martín Lisnovsky

5 comentarios:

Anónimo dijo...

También le podríamos recriminar a los griegos no haber inventado la televisión, el i-phone y el dulce de leche.

Anónimo dijo...

Es muy fácil una vez que se inventó la rueda pensar...¿Como no se les ocurrió antes?

Anónimo dijo...

Aclaremos para que oscurezca. La discución es entre elementos tridimensionales pensados en forma bidimensional articulados en forma tridimensional (que lío) y elementos continuos tridimensionales conformando estructuras complejas y homogeneas (me perdí)
Si los cuerpos se liberan de la mirada axial exponiendose en escorzo y reclamando un recorrido, es una mirada al espacio de tipo tridimensional.
Donde Catalano apunta ademas es en los espacios interiores, cerrados y pobres comparados con la riqueza del resto de la misma cultura arquitectonica

Anónimo dijo...

Me encantó la nota. Es muy emotiva y romántica. La percepción del espacio en forma compleja la comprendemos con soltura desde hace nada mas que 100 años. Infiere muchos avances concatenados y una manera muy distinta de percibir la realidad.

Anónimo dijo...

busko novio chido, alegre, sincero,romantico y fiel...

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