viernes, 30 de noviembre de 2007
Libro recomendado: Marcel Breuer, un personaje símbolo del dinámico siglo XX
“La arquitectura moderna no es un estilo sino una actitud”, Marcel Breuer
Si la arquitectura moderna no es un estilo sino una actitud, entonces Marcel Breuer es el espíritu de la arquitectura moderna. Ubicado en un rincón sombrío de la sala V.I.P. de los libros de historia del diseño y la arquitectura, se suele mencionar su nombre como gran creador de la butaca de acero tubular B3 de 1925, rebautizada en la década del 60 como Wassily y consagrada como uno de los objetos de diseño mas exitosos del siglo. Para entonces nuestro amigo rondaba los 23 años, y mucho le quedaba aún por recorrer.
Ese camino que abarcó hasta la década del 70 es menospreciado por la historiografía moderna que reitera en cada nueva publicación el grueso error cometido. No valorar un proyecto o una carrera puede significar desconocimiento, no comprensión, no valoración o directamente animosidad manifiesta. Pero nunca es tarde…
Nacido en Hungría en 1902, Marcel Lajos Breuer fue uno de los primeros entusiastas en anotarse en el curso de la Bauhaus y quizás su alumno más destacado y, más importante aún, el que más celebra su enseñanza. Walter Gropius confiaba, como natural líder que era, en muchos profesores, pero un respaldo total sólo recibieron László Moholy-Nagy y MLB, que acompañaron al maestro cuando Estados Unidos les dio una segunda oportunidad. Como la Bauhaus no era una escuela de arquitectura, y menos en los tiempos de MLB-alumno, adquirió para el diseño una gran valoración de los materiales, la insolente búsqueda de soluciones y una conciencia constructiva que ya no abandonaría. A partir de finales de la década del 30, su producción es notable; primero asociado con Gropius y luego en forma independiente…
Entre la bibliografía disponible para iniciarse en la obra del personaje, una opción muy buena y relativamente económica es la colección a la cual pertenece este libro de Taschen. No para investigar ni profundizar en algún tema particular sino más bien para rápidamente tener el pantallazo de la vasta producción.
La actitud frente a cada problema lo lleva a desarrollar múltiples planteos en su investigación desprejuiciada, compartiendo el mismo ímpetu que Eero Saarinen. Entre tantos espejitos de colores de la actualidad, su sólida producción mantiene la agilidad necesaria para no perder vigencia. Hoy, algunos proyectos distorsionadamente vanguardistas no necesitan nombrar su obra como referente y es una gran ayuda cuando el papel se vuelve insoportablemente blanco.
La casa Harnischmacher de 1932 (con ecos de la villa en Garches de LC); las casas Breuer I y II tradicionalmente norteamericanas y equilibradas en piedra, madera y vidrio; la Sede de la UNESCO en París junto a Nervi y Zehrfuss (como si fuera poco una delantera digna del Barcelona FC); el musculoso conjunto para la universidad de St. John; el Begrisch Hall de la Universidad de Nueva York con su ingrávido dinamismo ZahaHadiano pero en ¡1956!; la Iglesia de San Francisco de Sales con su plano de hormigón distorsionado ¡a la Zaha Hadid again!; el misterioso Museo Whitney de New York con su más misterioso plano medianero; la pacífica casa Koerfer en Suiza; el osado monoespacio de la casa Geller y la desmembrada cuatro nucleótida casa que proyectó para el actor Peter Ustinov en Francia. Todas brillan con luz propia y en conjunto elevan al gran Breuer al panteón de los maestros.
La pregunta que nos falta responder es qué es esa actitud propia de la Arquitectura Moderna que tan bien representa Marcel Breuer.
Quizás el valor de la investigación y la postura plenamente libre para hallar opciones diferentes. Quizás la comprensión que detrás de una decisión estética sólo puede haber rigor y simpleza técnica, y que retroalimentadas ambas se potencian. Quizás el no conformismo frente a las soluciones contemporáneas, vislumbrando los nuevos problemas que van surgiendo en la sociedad y que necesitan de nuestras respuestas. Quizás el orgullo de encontrarse uno mismo con su ego creador, negado a producir deslucidas fotocopias. Quizás el profundo análisis de la historia, que tan vehemente rechazaban en retóricas palabras pero sin dudas mantenían presente en la mesa del tablero.
Nota del día: íQue más le puedo ofrecer que la obra de un gran maestro que aún no conocen!
Datos técnicos: Arnt Cobres. BREUER. Köln, 2007, Taschen.
Libro cedido a nuestra solicitud por la Librería Concentra para la biblioteca del blog.
¿Marcel Breuer en Mar del Plata? Pero sin ojotas ni short de baño, vean el link sobre el estado de la disco Ariston de 1947, proyecto realizado junto a Eduardo Catalano y Francisco Coire. [http://www.revistahabitat.com/articulo.php?ar=saqueo&in=244]
Referencias de las imágenes: 1- Museo Whitney de Arte Americano 1963-1966, 4- casa Geller II en Long Island 1967-1969, 5- Begrisch Hall de la Universidad de Nueva York 1956-1961, 12- Iglesia de San Francisco de Salles en Michigan 1960-1966, 13- Armstrong Rubber Company, West Haven 1967-1970 (imágenes tomadas del libro), 2- Butaca B3 Wassily, 3-8-9-10-11 Abadía y Universidad de St. John en Minnesota, 6-7 Begrisch Hall de la Universidad de Nueva York 1956-1961 (imágenes tomadas de la Web)
Editado por el arq. Martín Lisnovsky
Nota complementaria: agrego fragmento del libro Historia de la Arquitectura Moderna de Leonardo Benévolo, Gustavo Gili edición 7º ampliada de 1996, como muestra de las pocas líneas de referencias a la obra de Breuer a partir de su llegada a USA
..."En los primeros cuatro años después de su llegada a América, Gropius trabaja con su antiguo alumno M.Breuer. Los edificios que construyeron juntos...son muy distintos entre sí y, a primera vista, no parecen siquiera realizados por los mismos arquitectos. Esto puede explicarse por el predominio alterno de una u otra personalidad o, más probablemente, por la capacidad de Breuer de inventar una forma nueva para resolver cada caso (también la producción de Breuer como arquitecto independiente presenta esta aparente descontinuidad), mientras Gropius ejerce un control preponderantemente intelectual; incluso las ideas inspiradas en la tradición norteamericana de la construcción doméstica y en las costumbres de la construcción local se desarrollan a través de un intento que podríamos llamar filosófico, casi como si Gropius y Breuer quisieran ensayar esta tradición, aplicándole los métodos analíticos empleados en Europa..."
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6 comentarios:
¿Marcel Breuer en ojotas en la Bristol con Olmedo y Mimí Pons? Un descanso merecido para tanto y tan buen trabajo. Comparto con ustedes que la arquitectura de MB es menospreciada por la historiografía.
¿Control preponderantemente intelectual? Conozco muchos casos así pero nunca me imaginé que se lo pudiera denominar de esa manera.
Mirando el corte me recuerda a esos planos continuos tan de moda por Koolhaas y amigos plegados como un arrollado, en este caso de pionono con dulce de leche. En serio, gracias por la idea de la iglesia para mi entrega!
La revista Time lo apodó "El definidor formal del siglo XX". teniendo en cuenta lo sólido conceptualmente de sus propuestas alejadas de las pasajeras modas, esa frase bien puede verse como un elogio. La arquitectura moderna está donde la sociedad tenga una necesidad pero nadie aún dio la respuesta indicada. Felicitaciones por el blog
Justo cuando me disponia a publicar una entrada en mi blog, referente a Breuer, buscando una imagen en Google he llaegado hasta aquí.
Estoy completamente de acuerdo con tu escrito. Breuer ha sido precursor de la arquitectura moderna y un genio del diseño. Aprecio la sencillez de los cottage americanos y su resolución arquitectónica.
Pero como dijo un amigo mio, hay veces que el talento de uno se ve oscurecido por las punzadas del ego de otro.
Saludos
Hay un error que se está generando al copiar nombres de otros sitios que publican al respecto. El nombre del arq que trabajó con Marcel en Mar del Plata es CARLOS COIRE, no Francisco. Fue toda una institución como Catalano, aunque siempre quiso tener perfil bajo.´
Muy bueno el articulo
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